Amor

ERES ALMA

Tu ego te dice que te defiendas, que fuera hay guerra, que luches, que tu sacrificio traerá recompensa. Tu alma te invita a que mires dentro y sueltes lo de fuera. A que no pongas barreras, a que dejes de llevar una cruz a cuestas. Te dice que en vez de luchar, aceptes, que abandones el sacrificio y no renuncies a tu presente por un futuro que no existe.

Tu ego te dice que si tienes un problema es normal que te preocupes. Si un familiar está sufriendo o está enfermo cómo no ibas a preocuparte. Para tu ego el amor es compatible con el miedo. Tu alma te recuerda que no estás solo, que ella se ocupa. Te pide que le des el control y le entregues tu problema. Desde el corazón te susurra que si en tu interior tienes la certeza de que eres amor, no podrás tener miedo.

Tu ego juzga. Te dice que tienes la culpa y que eres una víctima. Tu alma ama. Sabe que eres inocente y responsable de lo que piensas, de lo que crees y de lo que haces. Sabe que tienes que ver con lo que te ocurre y que por tanto tienes todo el poder y capacidad para hacer cambios.

Tu ego cree que está separado, solo y abandonado. Mira hacia arriba creyendo que por ahí encontrará algo. Tu alma es esa otra parte de ti que no está arriba, sino dentro. Que nunca dejó de pertenecer al Universo. Tu alma es paz, plenitud, dicha, sabiduría y sosiego.

Tu ego no quiere sentir rabia ni vergüenza ni celos. Tu ego solo quiere ser bueno. Se cree lo que ve. La escasez, la enfermedad y la muerte. Tu alma abraza todo lo que eres sin distinción ni recelo. Tu alma es abundancia, salud y vida. No necesita ver para creer. Ella siempre ve.

Tu ego tiene miedo. Tu alma no sabe lo que es eso.

Tu ego es el traje que necesitas para transitar por esta experiencia, pero tú eres alma. Se trata de aprender a aplicar amor al miedo, de integrar al ego, en vez de creértelo y permitir que te someta.

Feliz presente,

Almudena Migueláñez.

Photo by Zoltan Tasi

AMA

Descansa. Tómate el tiempo que necesites. Nadie te juzga, no lo olvides. No importa lo que tardes, lo importante es quien eres mientras estás haciendo tu camino. Respeta tus necesidades, sé madre y padre de ellas. No las cuestiones ni las aplaces. Recuerda que si no te das lo que necesitas, no podrás tocar lo que deseas.

Honra tus sombras, tienen un enorme regalo para darte. Aunque tu mente no lo entienda, tener miedo no es el problema. Solo piensa qué pasará cuando no te lo creas. No esperes a que aparezca esa persona. Hazte feliz. Esa es la forma de que te pueda ver y de atraerla. No te defiendas. Solo tu mente cree en el ataque. Lo de fuera refleja. No dediques atención a la guerra, al miedo o a la escasez. Lo que crees, creas. Donde diriges tu atención y tu mente crece y puede convertirse en resistencia. Siente. Da igual lo que sea. No te juzgues. No te ataques. No te agredas. El Universo del que formas partes no da puntada sin hilo, te creó perfecto, él te acepta y te ama. Haz tú lo mismo contigo.

Eres poderoso y capaz, pero si te dejas arrastrar por el miedo y las opiniones de los demás, si no tomas las riendas y no crees firmemente en ti, la corriente te puede arrastrar. Estamos aquí de paso, no merece la pena que te lo tomes tan en serio, que te preocupes tanto. Si vamos a morir, por qué no vivir del todo, exprimiendo cada experiencia al máximo. Quizá, si amamos más, si prestamos más atención a los demás, si nos apoyamos más, si meditamos más, si disfrutamos y jugamos más, si servimos y agradecemos más, si dejamos de permitir que otros nos digan lo que tenemos que hacer, quizá, digo yo, podamos despertar y darle un nuevo sentido y significado a nuestra vida.

Todo lo tienes dentro. No lo olvides, eres sagrado. Ama y haz lo que te dé la gana.

Feliz presente,

Almudena Migueláñez.

Photo by johannes-plenio

AMAR NO ES QUERER

Amar no es querer.

Queremos desde el ego. Amamos porque somos amor, porque esa es nuestra verdadera naturaleza y cuando hemos sido capaces de desandar el camino del miedo y recordar lo que somos y de lo que estamos hechos, el siguiente paso es el de compartirnos y hacer crecer esa luz. Querer implica acción y elección. Escogemos si queremos o no, porque queremos desde el juicio. Cuando amas no eliges. En el amor no hay opciones, no hay posibilidad de elegir si lo haces o no. Es la consecuencia de vivir expresando ese amor que brota de tu interior. Amar a es emanar.

Con el ego quiero. Quiero con necesidad, con apego, con exigencia, con expectativa, con condición. Con el ego juzgo y separo, quiero algunas experiencias, a algunas personas, a otras no. Con el ego quiero sintiéndome una mitad. Quiero y quiero poseer, quiero tener. Quiero, muchas veces, desde la carencia emocional. Quiero porque no sé que soy amor. Porque cuando sé que soy amor, cuando lo reconozco en mi interior, entonces querer no basta, no funciona, se queda corto. Porque cuando sé que soy amor, sé también que no hay pérdida ni separación, me siento completo, amo desde la libertad y desde la ausencia de posesión.

Cuando quiero doy, pero lo hago desde la escasez y desde la renuncia. Cuando amo no doy, sino que me doy desde la certeza de abundancia, de que cuanto más me doy más soy, más crezco, más me expando. Cuando quiero, espero algo. Cuando amo, recibir es una expresión más de mi capacidad para amar. En el querer hay apego, en el amor ausencia total de él.

Para aumentar mi capacidad para querer y convertirla en un acto de amor, antes necesito darme la posibilidad de ser algo más que mi mente y que mi ego, necesito cultivar el sentimiento de unidad, de que todo y todos somos expresiones del amor universal. Necesito cederle espacio a esa chispa divina que existe en mi interior.

Feliz presente,

Almudena Migueláñez.

"Nuestra alma sabe que el amor es eterno. Sabe que el amor es libertad, es unidad, por eso el verdadero amor es incompatible con cualquier forma de dependencia. Cuando dos personas se separan, si en esa relación hubo amor verdadero, si existía una identificación real de las dos almas, la separación se convierte en un “crear espacio”. El amor no tiene rupturas. Las personas no se pierden por el hecho de querer separarse. Nadie pierde a alguien que ama. Confundir ruptura lunar con la muerte del amor es absurdo". Maria Flavia de Monsaraz.

Photo by Annie Spratt


TU BOCA Y LA MÍA

Te he soñado de mil maneras. Te he visto sonreír con mis ojos cerrados. Creo conocerte sin que todavía nos hayamos presentado. En algún momento, sostenida por mi miedo y por mi ausencia de certeza, he suplicado a mis guías y a los dioses que conocía que aparecieras, siempre con la sensación de no ser oída.

Atraerte sin hacer nada, permitir que vengas y que me encuentres, tantas veces me han rondado esas palabras…Palabras que nunca llegué a comprender, y ¿sabes por qué? Porque en realidad la puerta de mi corazón seguía cerrada. Porque llegué a creerme que no podía amar y mucho menos ser amada. Porque no tenía ni era lo suficiente. Porque no te ibas a querer quedar.

Hace poco me dijiste que eras tú el que me ibas a buscar, me dijiste que querías quererme y que necesitabas darte y poderme cuidar, pero yo solo lo acepte con la mente. Solo me hizo ilusión, una alegría perecedera y pasajera, llena de distancia porque no te tenía fe, porque no me valoraba lo suficiente.

Te pido perdón por todas las veces que te he llamado sin estar disponible y por no haberte dejado entrar. Y ya sé que las palabras no son suficientes y menos en estos casos, pero aun así quiero que sepas que mi corazón te dice el mismo sí que hace tiempo te dio mi mente. Estoy disponible y abierta, sonriendo ya por el día en el que tu boca y la mía se encuentren.

Feliz presente,

Almudena Migueláñez.

Photo by Taisiia Shestopal

UNA VIDA CON PROPÓSITO

¿Cuál es mi propósito de vida? Quizá, ésta sea la pregunta que más veces me han hecho y ante la que únicamente encuentro una respuesta: ninguno. Y con ninguno me refiero a ninguno de los propósitos que nuestro ego piensa. Nuestra mente nos engaña haciéndonos creer que el estado natural de nuestra vida es anodino y vacío de propósito. Nuestro ego nos dice que estamos aquí para llevar a cabo grandes misiones que ni siquiera nos sentimos capaces de definir y que le restan significado a nuestras experiencias cotidianas. Continuar creyendo que existe ese gran propósito de vida que se nos revelará más adelante cuando estemos preparados es un gran error.

En cada proceso y con cada experiencia tenemos la oportunidad de elegir, de escoger cómo queremos vivir, qué queremos pensar y de qué forma queremos responder, y ahí es donde, de verdad, se despliega nuestra misión que no es otra que la de ser capaces de vivir cada experiencia eligiendo amor en vez de miedo. Y claro, para nuestra mente, que tiene pánico de que nos liberemos y comencemos a ejercer nuestro poder, ese propósito es un gran enemigo al que tacha de insignificante, cuando en realidad no lo es. Claro que no lo es. Ser capaces de no reaccionar ante el miedo y de recordar que somos seres completos, que lo tenemos todo dentro y que nunca dejamos de pertenecer, no es una misión insignificante, es nuestro gran propósito de vida.

Necesitamos desprendernos de esa idea tan poco real que tenemos sobre el motivo de nuestra existencia para que podamos comenzar a vivir nuestra misión con cada experiencia. Necesitamos dejar de preguntarnos ya sobre nuestro propósito para poder vivir ahora y de forma completa.

Yo quiero descubrir el amor, el poder, la dicha y la paz que habitan en mí y quiero que experimentar cada una de esas energías se convierta en mi misión de vida.

Feliz presente,

Almudena Migueláñez.

Photo by Eberhard Grossgasteiger

Photo by Eberhard Grossgasteiger

OPORTUNIDAD Y REGALO

Con demasiada facilidad, me olvido de la oportunidad y del regalo que la vida representa. Esta semana, regresé al mar y generalmente, cuando estoy un tiempo en contacto con la naturaleza, mi mente se relaja, parece como si mis pensamientos se derritieran y eso, además de paz, me proporciona mucha claridad.

Uno de estos días, paseando por la playa, esa claridad me llevó a darme cuenta de que si había conseguido sobrevivir a la enfermedad, o si todavía continuaba estando por aquí, no era por mis logros, ni por mis esfuerzos, ni por mis intentos. Era, solo y exclusivamente, porque mi Alma lo permite. Al recordar eso, me di cuenta también de que ese regalo tan inmenso conlleva la responsabilidad de cambiar mi forma de vivir para hacerla cada vez más consciente y más próxima y alineada con la naturaleza de mi Esencia, que no es otra que la del amor y la compasión.

Es como si mi Alma me susurrara: “Seguimos aquí, pero no malgastes la oportunidad que te estoy dando de ser feliz, de disfrutar con toda la intensidad de la que seas capaz, de vivir desde el corazón, de soltar, de ser libre en tu mente, de desprenderte, de entregarme el control y también la carga, de dejar de creer en el miedo y comenzar, de verdad a creer en Mí”.

Muchas veces, cuando tenemos claridad y se despierta esa sensación tan poderosa de certeza interna, suelen ocurrir pequeños grandes milagros, que se nos muestran como un guiño del Universo para darnos confirmación.

Ese mismo día, hablando con una persona que vive en la zona donde me he alojado esta semana, me dijo: "Aquí lo tenemos claro, no tenemos grandes cosas, no ahorramos y sabemos que muchos piensan que somos irresponsables y locos, pero aquí vivimos sabiendo que a lo mejor mañana no estamos, y por eso, nuestra prioridad es vivir al máximo y hacerlo hoy. No esperar a mañana".

Vivamos entregados y con la consciencia de que la vida es una constante oportunidad y un infinito regalo.

Feliz presente,

Almudena Migueláñez.

Photo by Genevieve Dallaire

Photo by Genevieve Dallaire

PREPARARSE

Hace unos días, una persona me preguntó cómo debía prepararse para determinado evento astrológico que sucederá dentro de unos meses. Mi respuesta fue que sería mejor, en vez de prepararse, estar disponible y abierta a la experiencia.

Esta pregunta, me hizo reflexionar mucho sobre el tipo de relación que mantenemos con la vida y con sus propuestas. Cuando no confiamos en ella, cuando no nos sentimos sus hijos, vamos a tener la necesidad de defendernos, de estar alerta, de sobreesforzarnos o de prepararnos para lo que pueda venir. Esa forma de vivir nos mata por dentro, porque, además de ser agotadora y miedosa, nos va a impedir experimentar la plenitud, el sosiego y la felicidad que surgen en nuestro interior cuando elegimos confiar, cuando cultivamos la certeza de que, aunque nuestro ojos no puedan ver, todo tiene un propósito mayor, conectado al amor.

Construir un vínculo sólido con la vida, basado en la inocencia, la confianza y la entrega es lo que nos va a permitir relajarnos y fluir y eso, a su vez, impulsará un cambio de inmenso valor en nuestro interior. Habremos abierto el camino para que nuestras experiencias comiencen a cambiar, para respirar milagros y para que le podamos dar un sentido elevado a nuestro paseo por aquí.

No es lo mismo vivir creyendo que existe un Universo, Dios o como lo queramos llamar fuera de nosotros, que vivir sabiendo que nosotros participamos de esa energía y somos ese Universo. La creencia de separación nos lleva al miedo y al desasosiego. La creencia de Unidad nos otorga el poder de crear.

Revisa la forma que tienes de relacionarte con la vida y las creencias que sostienen tu vínculo con ella. Observa si te defiendes o si, por el contrario, caminas relajado, despreocupado, abierto y disponible.

"…Ese espíritu despreocupado es un rasgo fundamental en las tibetanas; una aceptación que no implica fatalismo sino una profunda confianza en la vida". - Las Montañas de Buda.

Feliz presente,

Almudena Migueláñez.

Photo by Vincent Ledvina

Photo by Vincent Ledvina