Amar no es querer.
Queremos desde el ego. Amamos porque somos amor, porque esa es nuestra verdadera naturaleza y cuando hemos sido capaces de desandar el camino del miedo y recordar lo que somos y de lo que estamos hechos, el siguiente paso es el de compartirnos y hacer crecer esa luz. Querer implica acción y elección. Escogemos si queremos o no, porque queremos desde el juicio. Cuando amas no eliges. En el amor no hay opciones, no hay posibilidad de elegir si lo haces o no. Es la consecuencia de vivir expresando ese amor que brota de tu interior. Amar a es emanar.
Con el ego quiero. Quiero con necesidad, con apego, con exigencia, con expectativa, con condición. Con el ego juzgo y separo, quiero algunas experiencias, a algunas personas, a otras no. Con el ego quiero sintiéndome una mitad. Quiero y quiero poseer, quiero tener. Quiero, muchas veces, desde la carencia emocional. Quiero porque no sé que soy amor. Porque cuando sé que soy amor, cuando lo reconozco en mi interior, entonces querer no basta, no funciona, se queda corto. Porque cuando sé que soy amor, sé también que no hay pérdida ni separación, me siento completo, amo desde la libertad y desde la ausencia de posesión.
Cuando quiero doy, pero lo hago desde la escasez y desde la renuncia. Cuando amo no doy, sino que me doy desde la certeza de abundancia, de que cuanto más me doy más soy, más crezco, más me expando. Cuando quiero, espero algo. Cuando amo, recibir es una expresión más de mi capacidad para amar. En el querer hay apego, en el amor ausencia total de él.
Para aumentar mi capacidad para querer y convertirla en un acto de amor, antes necesito darme la posibilidad de ser algo más que mi mente y que mi ego, necesito cultivar el sentimiento de unidad, de que todo y todos somos expresiones del amor universal. Necesito cederle espacio a esa chispa divina que existe en mi interior.
Feliz presente,
Almudena Migueláñez.
"Nuestra alma sabe que el amor es eterno. Sabe que el amor es libertad, es unidad, por eso el verdadero amor es incompatible con cualquier forma de dependencia. Cuando dos personas se separan, si en esa relación hubo amor verdadero, si existía una identificación real de las dos almas, la separación se convierte en un “crear espacio”. El amor no tiene rupturas. Las personas no se pierden por el hecho de querer separarse. Nadie pierde a alguien que ama. Confundir ruptura lunar con la muerte del amor es absurdo". Maria Flavia de Monsaraz.