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SABER QUE SOMOS CUIDADOS

Cuando nos asustamos, todos, en mayor o en menor medida, queremos volver a ese lugar en el que sabíamos que formábamos parte, en el que nos sentíamos a salvo. Ese lugar, al que nuestra memoria inconsciente acude cuando esta experiencia se pone difícil y nos muestra su cara más desafiante, es el útero. Todos y cada uno de nosotros buscamos y necesitamos sentirnos seguros, saber que nos podemos relajar porque somos sostenidos, cuidados, amados y apoyados. Todos y cada uno de nosotros necesitamos de ese cobijo e incondicionalidad que representa el útero y el arquetipo de la madre, para disponer de una estructura interna sólida que nos permita afrontar esta vida y nuestro proceso de individuación desde la confianza y la alegría.

Hace unos días, pregunté en mis redes por las sensaciones y sentimientos que despertaba en nosotros el saber que somos cuidados. La respuesta fue casi unánime: saber que somos cuidados nos da seguridad, paz y alivio.

Vuestras respuestas me llevaron a reflexionar sobre la importancia de despertar y de alimentar en nuestro interior la certeza de que somos sostenidos, de que podemos relajarnos y fluir porque existe una fuerza invisible capaz de cuidarnos si se lo permitimos. Recordé también un ejercicio de UCDM que nos invita a descansar en el Universo Dios y a entregarnos a su cuidado.

Todo está dentro de todo. Si conocimos esa sensación de seguridad cuando estábamos en el vientre de nuestra madre, estoy segura de que somos capaces de soltar la mente y, poco a poco, recordar y sentir de nuevo que podemos descansar porque en todo momento somos abrazados y atendidos.

Feliz presente,

Almudena Migueláñez.

Photo by Angela Duxbury

Photo by Angela Duxbury

OPORTUNIDAD Y REGALO

Con demasiada facilidad, me olvido de la oportunidad y del regalo que la vida representa. Esta semana, regresé al mar y generalmente, cuando estoy un tiempo en contacto con la naturaleza, mi mente se relaja, parece como si mis pensamientos se derritieran y eso, además de paz, me proporciona mucha claridad.

Uno de estos días, paseando por la playa, esa claridad me llevó a darme cuenta de que si había conseguido sobrevivir a la enfermedad, o si todavía continuaba estando por aquí, no era por mis logros, ni por mis esfuerzos, ni por mis intentos. Era, solo y exclusivamente, porque mi Alma lo permite. Al recordar eso, me di cuenta también de que ese regalo tan inmenso conlleva la responsabilidad de cambiar mi forma de vivir para hacerla cada vez más consciente y más próxima y alineada con la naturaleza de mi Esencia, que no es otra que la del amor y la compasión.

Es como si mi Alma me susurrara: “Seguimos aquí, pero no malgastes la oportunidad que te estoy dando de ser feliz, de disfrutar con toda la intensidad de la que seas capaz, de vivir desde el corazón, de soltar, de ser libre en tu mente, de desprenderte, de entregarme el control y también la carga, de dejar de creer en el miedo y comenzar, de verdad a creer en Mí”.

Muchas veces, cuando tenemos claridad y se despierta esa sensación tan poderosa de certeza interna, suelen ocurrir pequeños grandes milagros, que se nos muestran como un guiño del Universo para darnos confirmación.

Ese mismo día, hablando con una persona que vive en la zona donde me he alojado esta semana, me dijo: "Aquí lo tenemos claro, no tenemos grandes cosas, no ahorramos y sabemos que muchos piensan que somos irresponsables y locos, pero aquí vivimos sabiendo que a lo mejor mañana no estamos, y por eso, nuestra prioridad es vivir al máximo y hacerlo hoy. No esperar a mañana".

Vivamos entregados y con la consciencia de que la vida es una constante oportunidad y un infinito regalo.

Feliz presente,

Almudena Migueláñez.

Photo by Genevieve Dallaire

Photo by Genevieve Dallaire

PREPARARSE

Hace unos días, una persona me preguntó cómo debía prepararse para determinado evento astrológico que sucederá dentro de unos meses. Mi respuesta fue que sería mejor, en vez de prepararse, estar disponible y abierta a la experiencia.

Esta pregunta, me hizo reflexionar mucho sobre el tipo de relación que mantenemos con la vida y con sus propuestas. Cuando no confiamos en ella, cuando no nos sentimos sus hijos, vamos a tener la necesidad de defendernos, de estar alerta, de sobreesforzarnos o de prepararnos para lo que pueda venir. Esa forma de vivir nos mata por dentro, porque, además de ser agotadora y miedosa, nos va a impedir experimentar la plenitud, el sosiego y la felicidad que surgen en nuestro interior cuando elegimos confiar, cuando cultivamos la certeza de que, aunque nuestro ojos no puedan ver, todo tiene un propósito mayor, conectado al amor.

Construir un vínculo sólido con la vida, basado en la inocencia, la confianza y la entrega es lo que nos va a permitir relajarnos y fluir y eso, a su vez, impulsará un cambio de inmenso valor en nuestro interior. Habremos abierto el camino para que nuestras experiencias comiencen a cambiar, para respirar milagros y para que le podamos dar un sentido elevado a nuestro paseo por aquí.

No es lo mismo vivir creyendo que existe un Universo, Dios o como lo queramos llamar fuera de nosotros, que vivir sabiendo que nosotros participamos de esa energía y somos ese Universo. La creencia de separación nos lleva al miedo y al desasosiego. La creencia de Unidad nos otorga el poder de crear.

Revisa la forma que tienes de relacionarte con la vida y las creencias que sostienen tu vínculo con ella. Observa si te defiendes o si, por el contrario, caminas relajado, despreocupado, abierto y disponible.

"…Ese espíritu despreocupado es un rasgo fundamental en las tibetanas; una aceptación que no implica fatalismo sino una profunda confianza en la vida". - Las Montañas de Buda.

Feliz presente,

Almudena Migueláñez.

Photo by Vincent Ledvina

Photo by Vincent Ledvina

UN MOMENTO ÚNICO

No ha sido nada fácil. En mi mente, el verano siempre ha significado alegría, placer, diversión, descanso, disfrute, mar, mucho mar, reconexión y también, una oportunidad para darle claridad a mi mente y sosiego a mi Alma. Sin embargo, este verano no ha tenido casi nada de eso. En lo externo sí, en el color de la piel también, pero en lo interno ha sido invierno. Sé que no he sido la única, he hablado con muchas personas que se están sintiendo tristes, frustradas, angustiadas, abrumadas y con una ansiedad difícil de manejar, y aunque no hay fórmulas mágicas, el saber que todos, en mayor o menor medida, estamos transitando por un proceso intenso de purificación y de transformación interna, puede ayudarnos a vivir esta etapa con esperanza y optimismo.

Este proceso, al que podemos no encontrarle ningún sentido, que desde luego es desafiante y que nos exige mucha fe y mucho autocuidado, contiene un enorme regalo si no nos dejamos arrastrar por lo que nos dice nuestra mente y si gestionamos nuestras emociones desde la responsabilidad.

En esos momentos en los que únicamente percibes oscuridad y tu mente solo escupe miedo, yo me he sujetado en la certeza interna de que, aunque no lo pudiera ver, esa oscuridad y mi mente son solo una ilusión, porque detrás de todo ese caos, siempre se esconde luz, la luz de nuestro corazón, de nuestra Alma. Bien agarrada a esa certeza, he buscado entregarme por completo a todas las sensaciones y sentimientos que han ido brotando. Entregarme, sentir y dejar ir, poco apoco, con paciencia, y con cariño.

Es como si "Papá Universo", como si nuestra Luz interna nos estuviera permitiendo ver lo apegados que estamos a nuestra mente ego, la importancia y valor que le damos al miedo, la tendencia a someternos y a no creer en nosotros, en nuestro poder y en nuestra luz. Parece como si "Papá Universo" nos animara a desprendernos de una vez por todas de las ataduras y prisiones internas en las que vivimos. Buscamos despertar a nuestra Mente Divina, a nuestra mente acuariana, buscamos sentirnos libres, reconociendo nuestra verdadera naturaleza y dándole un nuevo sentido a nuestra vida, y para eso, estamos teniendo que ver todo lo que nos separa de lo que somos. Estamos en un momento único, aprovechémoslo.

No te olvides de que tu luz permanece intacta, de que siempre puedes acudir a ella con tu mente y con tu intención. No te olvides de que todo pasa, tu malestar también, y de que todo lo que estás viviendo solo busca ayudarte a desprenderte de tu ego para que puedas sentirte feliz y pleno. No te olvides de que todos estamos conectados y si nos pensamos con compasión, nos sentiremos más fuertes y mejor. No te olvides de que tú no eres lo que te dice tu mente. No te olvides de que fuera no está la respuesta, porque allí solo hay caos y desinformación. No te olvides de que es dentro de ti, en tu corazón donde encontrarás guía, certeza, sentido y dirección.

- Sr. Miyagui, me preocupa eso de la sombra. ¿Es también necesaria como nuestra luz o hay que trascenderla?

- Todo cuerpo bajo el sol proyecta sombra. El problema no es la sombra sino creer que solo somos un cuerpo.

Feliz presente,

Almudena Migueláñez.

Photo by Kyle Cottrell

Photo by Kyle Cottrell

HOGAR

Hay lugares que son hogar y por eso tienen el poder de curar. Hay lugares que guardan la capacidad de devolverte a tu casa interna, a tu centro, de encajarte de nuevo y de recordarte que el sentido que creías haber perdido, lo puedes recuperar. 

Hay lugares que guardarás siempre en la retina, en la piel y en los sentidos. Hay lugares en los que ni siquiera necesitas estar para tener la certeza de que son tu refugio. Tu hogar. Para mí eso es el mar, su olor, su enormidad, el silencio que traen las olas cuando se rinden en la arena y su color plata al ser iluminado por el sol. 

El mar es el lugar donde mis heridas cicatrizan, donde mi corazón se recupera y donde la ausencia es sustituida por pertenencia e inspiración. El mar es guardián, no solo de mis pensamientos, sino de momentos que se llaman únicos, de sentimientos de todo tipo y de infinidad de recuerdos. Es el lugar donde siempre vuelvo. 

Ese lugar, que para mí es el mar, y que para ti puede ser cualquier otro sitio, refleja la atención que le hemos dado a nuestro hogar interno. Y hoy, que respiramos la energía de la Luna Nueva en Cáncer* de ayer, me pregunto si sabemos habitarnos, si estamos conectados  a nuestra agua interna, a nuestros sentimientos y a nuestra vulnerabilidad. Me pregunto si tenemos una casa interna a la que regresar y donde sentirnos seguros y en paz. 

Necesitamos encontrar nuestro refugio, ese lugar que, dentro y fuera, nos hace sentir vínculo y raíz, que nos conecta con quienes somos y con nuestras necesidades, que nos devuelve la estabilidad y la fortaleza interna. Necesitamos sostenernos en todo aquello que para nosotros represente familia, casa, hogar.

Feliz verano y feliz Luna Nueva.

Almudena Migueláñez.

* Cáncer representa el proceso que nos habla de la familia, de los vínculos, de la atención a nuestras necesidades, de la importancia de conectar con nuestros sentimientos. Cáncer nos invita a habitarnos, a crear hogar interno, a nutrirnos y a ejercer de madres con nosotros mismos. Cáncer es vínculo, es raíz, es vulnerabilidad. Cáncer nos permite crear ese centro interno que nos pone en eje, nos da fuerza y estabilidad.

Photo by Sean Oulashin

Photo by Sean Oulashin

NO SE TRATA DE ESO

No se trata de luchar ni de sacrificarse, sino de aceptar sin resignarse, porque aceptar te da libertad y poder para cambiar y para transformarte. No se trata de dar sin medida y con exceso, ese dar está intoxicado por la condicionalidad y por el miedo. La generosidad real es un estado de abundancia interno que te regala el poder de dar y recibir al mismo tiempo.

No podemos continuar luchando contra el miedo, no se trata de eso. El miedo necesita atención, amor, y reconocimiento. No queramos que muera ni que desaparezca. Démosle abrazo. No le tengamos miedo, así, evitaremos que crezca y que se convierta en resistencia.

No se trata de ser lo que debes de ser, tampoco lo que los demás esperan que seas. No se trata de ocultarte para que te quieran. Se trata de respetarte y de honrarte, de permitirle brillar a la persona tan maravillosa que eres. La única forma de estar en paz y de crear una vida ausente de proyecciones es ser quien realmente eres.

No se trata de objetivos ni metas sino de cómo vives hasta llegar a ellas. No podemos permanecer en lo que está por venir porque sólo en el presente podremos crear y construir nuestro futuro. Se trata de aprender a estar aquí. Dejemos de vivir en la mente.

No se trata solo de entender o de saber el porqué, tampoco de hacer y de hacer. Se trata de sentir y de ser. Muchas veces, no encontraremos ni razones ni respuestas aunque las haya. Se trata de ser valientes e incorporar el “no sé”. Se trata de cultivar la capacidad de quedarnos quietos para que haya espacio y las respuestas que andamos buscando se nos revelen.

No se trata de no pensar sino de no creer lo que te dice tu mente. No se trata de perder el control sino de entregar tu preocupación a la parte de tu ser que tiene el poder de cuidarte y de protegerte. No se trata de esforzarte hasta la extenuación sino de aprender a escucharte, a respetar tus límites y darte amor.

Feliz presente,

Almudena Migueláñez.

Photo by Julentto Photography

Photo by Julentto Photography

TAL VEZ

Tal vez creas que juzgándote conseguirás mejorar, pero lo que va a pasar es que cada vez te sentirás más pequeño, más culpable, más incapaz. El juicio no te ayuda a crecer, te pone el traje de víctima y de verdugo. No olvides que todo lo que has hecho es lo mejor que podías hacer. Tal vez, en algún momento de tu vida, tuviste que bloquear tus sentimientos y decir no a tu vulnerabilidad para ser aceptado y pertenecer, pero en esa negativa, también rechazaste a tu niño interior, y al hacerlo, dejaste morir la parte más importante de ti. Quizá, ha llegado el momento de atreverte a sentir y a ser desde el corazón para que recuperes tu poder y despiertes a la inocencia. Eso es lo que te dará el verdadero sentido de pertenencia.

Tal vez todavía no estás donde te gustaría, pero continuar fijándote en la falta o en lo que no tienes no va a hacer que llegue antes, será justo al contrario. Mira todo lo que sí has logrado, agradécelo y disfrútalo al máximo. Utiliza lo que tienes para lograr lo que quieres.

Tal vez, si dejas de luchar y aceptas con humildad, todo comience a cambiar. La rendición total es la llave de la espiritualidad, de los milagros y de la plenitud. Tal vez, si sales de tu zona de confort, si por una vez te permites el “y por qué no”, si arriesgas y lo haces diferente, tal vez, si dejas de esperar a que lo de fuera cambie y cambias tú, puedas descubrir una nueva forma de vivir. Quizá, puedas darte cuenta de que todo depende de ti.

Tal vez, hasta ahora, has vivido sometido al miedo, por eso, quizá, si te permites empezar a cuestionar lo que te dice tu mente, a desprenderte de ese murmullo y a observar sin reaccionar, puedas sentirte libre de verdad. Tal vez, si profundizas un poco más, si, temporalmente, dejas de prestar tanta atención a lo de fuera y observas en tu interior, puedas darte cuenta de que todas las respuestas que buscabas fuera, ya existían dentro de ti.

Tal vez, has aprendido que hacer, esforzarse y producir son los verbos que definen esta experiencia, pero a lo mejor, si te atreves a incorporar el placer, el ser, el no hacer, el fluir, el permitir y el dejar ir, descubras que la danza universal solo es completa cuando interactúa la energía Yang y la energía Yin.

Tal vez, tus heridas te han obligado a cerrar con llave las puertas de tu corazón, pero así, nunca tocarás su cicatriz. El amor duele y te expone, sí, te exige vivir sin ningún tipo de defensas, vulnerable y abierto, pero también tiene el inmenso poder de convertir tu herida en sagrada, de hacerte más fuerte, de darle sentido a esta experiencia. Quizá, puedes intentarlo, abrir de nuevo tu corazón, y dejar espacio para que el Amor te sane.

Feliz presente,

Almudena Migueláñez.

Photo by Laurie Anne Robert

Photo by Laurie Anne Robert