Cáncer

EL ÚNICO CAMINO

En unos días comienzo mis vacaciones, y en este Inspira solo me gustaría compartir contigo los deberes que me llevo para trabajar durante los próximos meses.

Cada vez soy más consciente de que cuando no atiendo mis necesidades, cuando no soy capaz de generar armonía y coherencia entre lo que realmente quiero y necesito y lo que hago, me desajusto y enfermo. El cuerpo y la experiencia externa representan el “como es afuera”. Solo tenemos que acudir a ellos para ver lo que está sucediendo en nuestro interior.

Por lo menos aparentemente, atender nuestras necesidades y vivir tomándolas como referencia no debería de ser algo complicado. El problema, creo yo, es que nos hemos, o me he enfocado tanto en lo de fuera, en que me quieran, en ser lo que debo de ser, lo que tengo que ser, en atender y cuidar a los otros, que me he olvidado de cuidarme a mí, de que existo y de que tengo necesidades. Pero es que además, darnos lo que necesitamos, muchas veces, implica hacer cambios que fuera no van a gustar. Muchas veces, darnos lo que necesitamos implica comenzar a decir “no”, implica tomar decisiones que dan mucho miedo porque no tienes garantías, porque atender nuestras necesidades es vivir desde la vulnerabilidad, y eso, que es realmente poderoso, también es muy desafiante.

Da miedo, pero es el único camino. Es la única posibilidad de que podamos sentir hogar interno, de que podamos sentir paz y plenitud en nuestro interior. Si no me doy lo que necesito, si no me atrevo a mirar dentro de mí, a responsabilizarme de mí misma y a generar coherencia entre lo de soy y lo que hago, tampoco podré encontrar sentido a esta experiencia, no tendré raíz. No tendré conexión con el Alma.

Feliz presente,

Almudena Migueláñez.

Photo by Dennis Ottink


HOGAR

Hay lugares que son hogar y por eso tienen el poder de curar. Hay lugares que guardan la capacidad de devolverte a tu casa interna, a tu centro, de encajarte de nuevo y de recordarte que el sentido que creías haber perdido, lo puedes recuperar. 

Hay lugares que guardarás siempre en la retina, en la piel y en los sentidos. Hay lugares en los que ni siquiera necesitas estar para tener la certeza de que son tu refugio. Tu hogar. Para mí eso es el mar, su olor, su enormidad, el silencio que traen las olas cuando se rinden en la arena y su color plata al ser iluminado por el sol. 

El mar es el lugar donde mis heridas cicatrizan, donde mi corazón se recupera y donde la ausencia es sustituida por pertenencia e inspiración. El mar es guardián, no solo de mis pensamientos, sino de momentos que se llaman únicos, de sentimientos de todo tipo y de infinidad de recuerdos. Es el lugar donde siempre vuelvo. 

Ese lugar, que para mí es el mar, y que para ti puede ser cualquier otro sitio, refleja la atención que le hemos dado a nuestro hogar interno. Y hoy, que respiramos la energía de la Luna Nueva en Cáncer* de ayer, me pregunto si sabemos habitarnos, si estamos conectados  a nuestra agua interna, a nuestros sentimientos y a nuestra vulnerabilidad. Me pregunto si tenemos una casa interna a la que regresar y donde sentirnos seguros y en paz. 

Necesitamos encontrar nuestro refugio, ese lugar que, dentro y fuera, nos hace sentir vínculo y raíz, que nos conecta con quienes somos y con nuestras necesidades, que nos devuelve la estabilidad y la fortaleza interna. Necesitamos sostenernos en todo aquello que para nosotros represente familia, casa, hogar.

Feliz verano y feliz Luna Nueva.

Almudena Migueláñez.

* Cáncer representa el proceso que nos habla de la familia, de los vínculos, de la atención a nuestras necesidades, de la importancia de conectar con nuestros sentimientos. Cáncer nos invita a habitarnos, a crear hogar interno, a nutrirnos y a ejercer de madres con nosotros mismos. Cáncer es vínculo, es raíz, es vulnerabilidad. Cáncer nos permite crear ese centro interno que nos pone en eje, nos da fuerza y estabilidad.

Photo by Sean Oulashin

Photo by Sean Oulashin

CAMBIO DE NODOS LUNARES

En enero de 2019 y durante todo este año, he compartido contigo información sobre el eje nodal Cáncer-Capricornio. El próximo martes, y después de 18 meses, los Nodos lunares abandonan Cáncer-Capricornio e ingresan en el eje Géminis (Nodo norte)-Sagitario (Nodo sur) donde permanecerán hasta febrero de 2022.

Los Nodos lunares son unos puntos matemáticos en los que se une la eclíptica solar y la órbita de la luna y que representan nuestra evolución. El Nodo Sur o cola de dragón simboliza nuestra zona de drenaje o eliminación, lo ya conocido y que, de alguna manera, deberemos dejar atrás para dirigirnos hacia el Nodo norte o cabeza de dragón, que representa ese proceso que nos es desconocido y que nos servirá en nuestro camino de evolución. 

Transitamos por una etapa de profunda transformación en la que las viejas y caducas estructuras están derrumbándose y como humanidad, hemos tenido la oportunidad de integrar la esencia de las cualidades energéticas representadas por Cáncer (hogar, nutrición, vínculos, vulnerabilidad, atención a lo que sentimos e interiormente necesitamos),y de limpiar, purificar y transformar las cualidades representadas por Capricornio (responsabilidad, estructuras, límites, autoridad, el "deber ser", el "tengo que"). 

El nodo sur en Capricornio nos ha llevado a transformar y a dar muerte a la energía más baja de este proceso, a esa tendencia a cargar con responsabilidades que no nos corresponden, a sostener viejas y caducas estructuras que, únicamente, responden al miedo a ser los constructores de nuestra propia vida. La rigidez, el “tener que”, el “deber ser”, el responder a expectativas externas, a lo que se espera de nosotros, el sostenimiento de estructuras no vinculadas con nuestras necesidades más personales han sido y todavía son los procesos por los que estamos transitando. En estos meses hemos descubierto que no podemos renunciar a nuestras necesidades en beneficio de necesidades que nos son ajenas, que no podemos entregar nuestras decisiones a autoridades externas, que necesitamos asumirnos y reconocer el amor que se esconde detrás de un “no”. Hemos descubierto que nuestra responsabilidad es hacia dentro y no hacia fuera. Hemos aprendido que lo externo debe de ser el resultado del amor y del respeto hacia nosotros mismos y hacia lo que sentimos.

El Nodo norte en Cáncer nos ha invitado a convertirnos en nuestra propia madre, a sostener lo que sentimos, a aceptar nuestra vulnerabilidad y nuestras necesidades, a transformar nuestro hogar interno en una fortaleza. Cáncer y Capricornio nos han llevado a acercarnos más a los vínculos, a reconstruirnos por dentro, a entrar en contacto y conexión con el poder que habita dentro de nosotros y a abandonar y dejar caer todas aquellas estructuras ya obsoletas y caducas que no son reflejo y no dan respuesta a los cambios generados internamente. Nos han mostrado lo poderoso de responsabilizarnos de nuestras necesidades y de convertirnos en padres y madres de nosotros mismos. 

Esta semana, y durante los próximos 18 meses, iniciamos un nuevo camino de evolución, que nos indica nuestra dirección de evolución (Nodo norte en Géminis) y la crisis y transformación de la estructura sagitariana (Nodo sur en Sagitario): veremos como dogmas, filosofías, ideologías y sistemas de pensamiento basados en viejos paradigmas irán transformándose al mismo tiempo que vayamos cambiando nuestras creencias y lo que da, de verdad, da sentido y significado a nuestras vidas. El Nodo norte en Géminis nos dirige por un camino de apertura mental, flexibilidad y consciencia de que no existen verdades absolutas.

Un abrazo,

​Almudena.

Photo by Anderson Rian

Photo by Anderson Rian

EL PODER ESTÁ DENTRO

Cuando se domina lo exterior mediante lo interior, todo se arregla
— El TAO de la larga vida

En un abrir y cerrar de ojos, las estructuras externas se han derrumbado, los grandes sistemas que creíamos firmes y en los que, desde hace siglos, venimos depositando nuestro poder se han caído. No deberíamos olvidar, y más en este momento, que lo externo, no es más que un reflejo de lo interno, porque "como es dentro es fuera”, y porque todos, de alguna manera, y en mayor o menor medida, le vamos dando forma a lo que, después, manifestamos como sociedad.

Si lo de fuera está sufriendo una transformación tan extrema, quizá, todos nosotros tengamos también la oportunidad de implicarnos y comprometernos en una transformación interna. La realidad es que no estamos acostumbrados a estar con nosotros mismos. Tenemos una tendencia natural a escapar de lo que nos asusta y de lo que sentimos. Tendemos a poner parches y un “mejor mañana” a lo que tenga que ver con nuestra vulnerabilidad y con lo que sucede en nuestra casa interna. Nos engañamos con un “ahora no puedo”, no nos escuchamos o, por lo menos, no lo suficiente como para reconocernos y, así, poder amarnos.

No sabemos cuáles son nuestros recursos internos, hemos crecido creyendo que todo está allí afuera, y por eso, ahora que lo externo es incierto y se tambalea, es momento de preguntarnos qué está pasando dentro. Si tengo tres títulos universitarios y una nefasta relación interna, si creo que no soy válido y que no puedo, mis títulos, lo de fuera, no sirven porque no son reflejo de una estructura sólida y amorosa de mi casa interna, porque el punto de partida siempre está en mí, porque la prosperidad, el amor, el poder, la plenitud o lo que sea, nunca vinieron de fuera, porque lo de fuera solo puede reflejar lo que, previamente, yo he despertado, aceptado y permitido dentro. Porque si yo no reconozco mis recursos, nunca los voy a poder ver en su forma física. Porque la conexión entre lo que somos y lo que manifestamos es la clave para levantar macro estructuras firmes y duraderas.

Se nos ha enseñado que lo importante es producir, hacer, fabricar, ser válido, luchar, esforzarse y trabajar. Y esa enseñanza, así, aislada, se queda coja, muy coja. Le falta una parte, su otra polaridad. Y quizá, en estos momentos, lo que más necesitemos sea recordar que el hacer no puede existir sin el ser, que lo de fuera necesita espacio para lo de dentro y que las grandes estructuras precisan de un buen suelo interno. No pasa nada por parar, por dedicarnos un poco de tiempo. No pasa nada por tener miedo, por sentirnos vulnerables, por estar cansados, por escuchar lo que necesitamos, por decir "no puedo”, por no hacer, por no producir, por descansar, por ser imperfectos. No pasa nada, de verdad.

Necesitamos recuperar la fe y la confianza en nosotros, en nuestros recursos. Necesitamos mirarnos y ver si sabemos nutrirnos, si somos capaces de atendernos y de respetar nuestras necesidades. Si estamos cómodos con nuestra vulnerabilidad y también con nuestras debilidades. Necesitamos parar un momento, es una gran oportunidad. Necesitamos reconocernos y reencontrarnos y, sobre todo, necesitamos recuperar todo el poder que, hasta ahora, habíamos entregado a lo de fuera. Y necesitamos hacerlo porque vivir desde la conexión interna permite que lo externo funcione y permanezca.

El equilibrio entre intervenir y dar un paso atrás, entre parar y accionar, entre esforzarse y relajarse es fundamental para que todo fluya en perfecta armonía y orden. Solo tenemos que observar lo que está ocurriendo en la naturaleza, y así, podremos darnos cuenta de que el no hacer permite que todo fluya y se coloque.

Y ese es mi deseo, dar un paso atrás, dejar de intervenir para que todo fluya y se coloque.

Feliz presente,

Almudena Migueláñez.

Photo by Muhamad Rizal Firmansyah

Photo by Muhamad Rizal Firmansyah

ECLIPSE TOTAL DE SOL, 2 DE JULIO

El pasado 21 de junio, el Sol entró en el signo de Cáncer, momento en el que celebramos el Solsticio y damos comienzo, en el Hemisferio Norte, al verano. El Solsticio es un momento de gran iluminación, de apertura del Tribunal Kármico y que simboliza el inicio de un nuevo ciclo, una nueva fase de tres meses en la que vamos a trabajar los procesos representados por Cáncer, Leo y Virgo, antes de dar comienzo al Equinoccio de otoño con la entrada del Sol en Libra.

En nuestro Hemisferio, el Solsticio representa el día más largo del año, el momento de mayor luz, brillo y expansión, y es a partir de ahí cuando, poco a poco, vamos perdiendo luz y ganando oscuridad. Los ciclos constantes por los que transitamos son una oportunidad para elevarnos y superarnos en cada etapa, para darnos cuenta de cómo hemos ido evolucionando con cada proceso y experiencia y para revisar los cambios ya manifestados y los que necesitamos iniciar.

Cáncer es un signo de agua que da comienzo, que inicia una nueva etapa, un nuevo ciclo. Cáncer no es una energía que busca mantenerse quieta sino que impulsa, se mueve hacia delante en busca de su sueño más intimo, y lo hace dando atención al sentimiento, a la vulnerabilidad, a la intuición, a lo familiar, a las necesidades internas. Cáncer es la madre, el ser, el sentir, nuestra mamá interna, el vínculo, la herencia, la familia, el alimento, la nutrición. Cáncer despierta en nosotros nuestra capacidad para nutrirnos y para nutrir, para escuchar lo que sentimos y para descubrir el verdadero sentido de lo familiar. Cáncer nos pide que atendamos nuestra vulnerabilidad, que no tengamos miedo a recibir, que abramos nuestro corazón y que sintamos la suficiente seguridad interna como para alejarnos del miedo a abrir espacio dentro de nosotros. Cáncer en su polaridad más baja nos lleva al victimismo, a no querer cambiar, y nos arrastra por la corriente del miedo y de la inseguridad.

El próximo día 2 de julio, tendremos un Eclipse total de Sol en el grado 10 del signo de Cáncer. Los eclipses de sol se dan con las lunas nuevas (momento en el que el Sol- símbolo de nuestro consciente-, y la Luna-símbolo de nuestro inconsciente), y siempre próximos a los nodos de evolución o nodos del karma. Como sabes, actualmente el Nodo Sur (lo que nos drena, lo que ya no sirve y hay que eliminar) está en el signo de Capricornio y, por tanto, el Nodo Norte (hacia donde evolucionamos) está en su signo opuesto complementario, Cáncer.

Nuestro sol interno va a ser eclipsado y esto para que podamos alinearnos con nuestro camino de evolución, para que podamos eclipsar todo aquello que nos impide conectar con la poderosa energía que esconde el signo de Cáncer, proceso hacia el que todos nos dirigimos y por el que evolucionamos.

Este Eclipse nos pide que asumamos la responsabilidad de ser quienes necesitamos ser, de escuchar y atender a nuestro niño interno, de cuidarle y nutrirle, de vivir una vida externa que sea el resultado de la conexión con nuestra vida interna y con nuestros sentimientos. La energía del momento nos lleva a crear una nueva estructura interna, más sólida y centrada en nuestra vulnerabilidad y en lo que sentimos, que sea respuesta y resultado de lo que necesitamos. Se nos pide que trabajemos nuestros limites, que regulemos nuestra vida y que dirijamos nuestra autoridad interna para que lo que manifestemos en el exterior sea un espejo de nuestras necesidades internas.

Este Eclipse nos muestra la importancia de despertar a nuestra madre y a nuestro padre interno y de asumir responsabilidades, de dejar de ser víctimas y reconocer que de nosotros depende tener la vida que queremos tener. Es hora ya de sanar nuestra tendencia a resguardarnos y a protegernos de los cambios, de lo que está por venir, de lo nuevo. Ahora se nos demanda apertura, debemos crear espacio dentro de nosotros y para eso necesitamos tener la seguridad de que en nuestro interior hemos construido un hogar donde podemos habitar, un hogar donde hay alimento, donde hay escucha activa, donde no hay conflicto con lo que sentimos, donde existe la certeza de que ya no es necesario acudir a la rigidez ni a la defensa.

Debemos crear un nuevo vínculo con nosotros mismos, un vínculo maternal, de amor incondicional que nos de la seguridad interna que necesitamos para poder así abrir nuestro corazón y recibir la vida y todo lo que está por llegar.

¿Escuchas tus necesidades? ¿Asumes la responsabilidad de dirigir tu vida o son autoridades externas las que lo hacen? ¿Hay hogar en tu interior? ¿Vas en busca de tus sueños? ¿Son tus sentimientos y el contacto con tu vulnerabilidad lo que guía tu vida?

Si sabes algo de Astrología, observa dónde va a darse el Eclipse en tu carta y así dispondrás de información más detallada sobre cómo te afecta este evento.

Feliz Eclipse y feliz vida,

Almudena Migueláñez.

Photo by Daniele Fantin

Photo by Daniele Fantin

LOS HOMBRES y EL CÁNCER DE MAMA

Esta pasada semana se ha celebrado el Día contra el cáncer de mama. Las personas que me conocéis y que habéis leído mi libro sabéis de mis resistencias y del miedo que me produce hablar de "la lucha contra", de guerra y de enfrentamiento. De la sensación de peso en la espalda que siento cuando alguien me dice que, por haber superado una enfermedad, soy "una guerrera". Nos olvidamos del poder ilimitado que tienen las palabras.

Ese mismo día, recibí un mensaje de un "primo" que está leyendo Es lo que Tú quieras y me encanta (Incipit Editores): "No sé si ese es uno de los objetivos de tu libro, pero desde que comencé a leerlo estoy mucho más concienciado que antes de lo que supone o puede suponer para una mujer tener cáncer de mama". Tu mensaje, Javi, me hizo caer en la cuenta de lo importante que es hacer partícipes a los hombres de una enfermedad tan femenina como el cáncer de mama. El sostén que aporta lo masculino es, desde mi punto de vista, fundamental para que lo femenino pueda hacer el proceso de introspección necesario cuando tienes cáncer.

La cuestión es que para recibir ese apoyo, nosotras también debemos comprometernos a compartir nuestra experiencia, nuestros miedos y miserias, porque si no lo hacemos parece difícil que el hombre pueda darnos eso que, de forma innata, da: fuerza, apoyo, voluntad y acción. Pero además, tu mensaje me invita a saldar una deuda pendiente con los hombres que me acompañaron durante el tiempo que estuve enferma. Nunca pensé en lo difícil que puede ser para un hombre, un padre, un amigo, una pareja sostener la vulnerabilidad de una mujer con cáncer de mama. No pensé en el miedo que no me mostraron para protegerme y que, de alguna forma, tuvieron que gestionar. Los hombres, gracias a Dios, también lloran. No pensé en lo importante que fue el apoyo lleno de seguridad, de acción, de decisión, de voluntad, que aportaron las figuras masculinas de mi entorno, empezando por mi padre. Por eso, por toda esa fuerza y apoyo, por vuestra voluntad y capacidad para ayudarme a ponerme en pie, por vuestra vulnerabilidad, a veces oculta, y vuestra disposición para continuar, gracias.

Almudena Migueláñez

Photo by Victor Freitas

Photo by Victor Freitas