Espero que tengas la valentía de mirarte con honestidad y de apreciar cada paso que has dado en tu camino. Cada cosa que has logrado. Espero que te quieras bonito, que te trates con compasión y con cariño. Espero que, pese a tus heridas, puedas abrir tu corazón y enamorarte. Que recibir, por fin, haya dejado de asustarte.
Espero que inundes tu vida de carcajadas, de momentos únicos, de esos que recordarás aunque el tiempo pase. De vínculos. De sexo, pero del bueno, del que por instantes te hace trascender el cuerpo. Espero que te permitas ser quien realmente eres, que no renuncies a ti, que no rechaces más aquello que sientes. Espero que te deje de importar lo que los demás opinen, que confíes en ti y que pongas límites.
Espero que bailes, que fluyas de la mano de la vida, que te quites de tu espalda todas esas mochilas, todas esas cargas. Espero que dejes de buscar fuera y te des cuenta de que todo lo tienes dentro. De que eres completo. Espero que te tengas en estima y que te valores, que aceptes tu oscuridad y todo lo que te avergüenza.
Espero que dejes de esperar a que tu mujer cambie, a tener una pareja, a que mejore tu trabajo, a tener más dinero, a estar preparada para vincularte. Espero que te sientas libre, que elijas conscientemente lo que piensas y lo que dices. Espero que no esperes. Que vivas hoy con intensidad y sin ponerte límites.
Espero que dejes de creer en el miedo, que encuentres paz y sosiego. Espero que dejes de culparte, de dar valor al sacrificio, al pecado y al sufrimiento.
Espero que te ames sin condiciones y a lo grande.
Feliz presente,
Almudena Migueláñez.