Silencio

SILENCIO

El silencio dice muchas cosas, a veces las más bonitas del mundo. El silencio esconde todo aquello que es grande y que la palabra y nuestros miedos podrían reducir a cenizas. El silencio habla sin voz, sereno y sosegado. Susurra intimidad y vínculo. Unión y mucha calma. Silencio es sinónimo de conexión entre almas.

Mi silencio, muchas veces, es guardián de lo que mi corazón habla. Te dice gracias por existir y por elegirme. Por regalarme un sitio en tu vida, por atreverte a compartirte. En silencio puedo verte sin condiciones ni juicios. Sin interpretaciones. Puedo sentirme parte del brillo de tus ojos, del movimiento de tus pestañas, de esa sonrisa que ilumina tu cara. En silencio muchas cosas vuelven a tener sentido, es como si se colocaran. Como si recuperaran la conexión que perdimos al intentar explicarnos con palabras.

No leas equivocadamente mis silencios. Si estoy callada es porque contigo puedo hacerlo, porque me regalas seguridad y calma. Porque han desaparecido los porqués, las dudas y ese murmullo incesante que me obligaba a hablar sin decir nada. Ahora puedo estar en silencio mientras te lo digo todo, mientras mi corazón siente y mi alma crece.

Me gusta tu silencio porque significa que no tienes miedo, que no necesitas aparentar, ni cubrir espacios, ni llenar vacíos. Tu silencio es como el mío, cómodo y lleno. Lleno de todo aquello que es nuestro, de todo eso que no necesitamos explicar, de sentimientos que al nombrarlos se disolverían, de tacto, de sentidos y de piel. De conexión y de vínculo. De todo aquello que nos pertenece y que necesitamos guardar hasta que estemos listos para que se muestre.

El silencio es el espacio donde todo se entiende y tiene sentido.

Feliz presente,

Almudena Migueláñez

Photo by Eberhard Grossgasteiger

EL AMOR CURA

He aprendido que pedir ayuda no es un síntoma de debilidad, significa que estoy conectada a mi vulnerabilidad. He aprendido que mi poder y mi fortaleza no están solo en mi capacidad para conseguir o lograr, sino también en mi habilidad para soltar, permitir, no hacer, fluir y dejar ir. He aprendido que aceptar duele, y que, aunque me resista, es el único camino para estar en paz y para poder crecer y evolucionar. He aprendido que la verdad, la plenitud o el amor no pueden venir de fuera. He aprendido lo importante que es saber habitarme, poder dormir conmigo sin tenerle miedo a mis miedos, a mis fantasmas o a mis inseguridades. He aprendido que tener el corazón lleno es mi mayor, y quizá, mi único deseo.

He aprendido que tengo que ser disciplinada y estricta con mi mente. No puedo dejarla que campe a sus anchas, que me someta, me asuste o me juzgue. He aprendido que no soy lo que pienso y que puedo ver pasar mis pensamientos sin reaccionar ante ellos. He aprendido que en esta experiencia la luz y la oscuridad, en realidad, son lo mismo. He aprendido que no tengo nada que aprender, sí mucho que olvidar y que desaprender. He aprendido que lo más importante es integrar, sostener y acompañar.

He aprendido que dar para obtener no es dar, y que es mucho mejor para todos dar menos pero hacerlo desde el corazón. He aprendido que la culpa nunca es el camino y que no soy quién para juzgar. He aprendido que es de sabios no saber, que la ausencia de expectativas es la llave para una vida plena y llena de sorpresas y de milagros. He aprendido que el silencio esconde paz, plenitud, certeza y mucha sabiduría y que observar la naturaleza me permite recordar que todo tiene su tiempo, su orden y su ciclo.

He aprendido que es muy importante ser yo y muy peligroso fingir ser alguien distinto de quien realmente soy. He aprendido a no buscar respuestas y a vivir cómoda en el “no lo sé”. He aprendido que soy responsable de mi vida y que mi misión y mi deber es vivirla. He aprendido que cuánto más me doy, más tengo para dar, que el perdón libera, el amor cura y poner límites empodera.

He aprendido que al enseñar, al escribir, al servir, yo crezco, aprendo y me transformo.

Feliz presente,

Almudena Migueláñez.

Photo by Daniel Burka

Photo by Daniel Burka

UNA MENTE BLANCA

Le decía a un amigo que mi mente está en blanco, que los pensamientos no vienen, que hoy, tener que escribir me genera ansiedad. Palabras que se cortan, que borro, que vuelvo a escribir, ideas que van y que vienen, muy poca claridad y ninguna capacidad para enlazar.

- Escribe sobre eso, sobre el blanco. 

- ¿Qué blanco?

- Sobre la importancia del silencio y el camino del blanco cuando tenemos ansiedad. 

El camino del blanco, directo hacia el silencio, hacia la mente sin color, sin pensamientos, sin juicios, sin miedos. El blanco de mi mente me lleva a conectar con mi poder y sabiduría interior. Con la paz que habita en mi corazón y en mi mente superior.

La mente del ego, la que piensa sin cesar, nos puede conducir a la ansiedad. Nos desvía hacia los pros y los contras, y con facilidad, nos puede engañar. La mente inferior es una manifestación de nuestra energía masculina. Dirige pensamientos como dardos y muchas veces lo hace sin ningún control. La mente nos conduce a la saturación, a la sobrecarga, a las punzadas en las sienes y la mochila en nuestras espaldas.

¿Quieres tomar una decisión? ¿quieres escribir? ¿quieres saber lo que te gustaría hacer? ¿quieres liberarte del miedo? ¿quieres? Entonces crea una mente blanca. El blanco es tu color.

El blanco te invita a soltar la cárcel de tus pensamientos, te abre la puerta de tu energía femenina, te devuelve el control. Con tu mente en blanco no hay ansiedad, puedes saber, escribir y decidir. En el blanco hay silencio, no hay nada y precisamente ahí, en la nada es donde encontrarás todo. 

La mente blanca te conduce a la perfección, te libera de la angustia, de cualquier manifestación de miedo, de carga o de necesidad. Crea silencio en tu mente. Ve dejando ir los pensamientos, suéltalos y siéntete cómodo con el vacío, con la incertidumbre, con la nada de tu interior. Crea una mente blanca para que las respuestas se te muestren. 

Cuando tengas ansiedad y necesites tomar una decisión, recuerda soltar la mente y dejarla sin color. El camino del blanco no te ofrece pros ni contras, no es un camino de acción. Es la pasividad de tu femenino que te puede conducir a la manifestación. Crear una mente blanca consiste en permitirte dejar ir todo aquello que estés pensando, todas tus mentalizaciones, creencias, etiquetas y juicios. El camino del blanco es el camino para tu expansión. 

El blanco y el silencio se despiertan al conectar con tu respiración. Haz la prueba. 3, 7, 21 días, toda la vida. Inhala y observa tu inhalación, exhala y observa tu exhalación. Pon toda tu atención en cómo se produce tu contacto con la vida. Solo observa. Inhala y observa tu inhalación, exhala y observa tu exhalación. Tus pensamientos entran, obsérvalos y déjalos ir. Estas creando silencio en tu interior. El color de tu mente se convierte en blanco. La serenidad aparece, la ansiedad se evaporó. 

Crea una mente blanca, deja ir el miedo, el limite y el control. 

Feliz presente,

Almudena Migueláñez