ME QUIERE, NO ME QUIERE

Dudas. Realmente crees que dudas. Sientes que dentro de ti hay indecisión, que no sabes qué elegir, ni lo qué es mejor para ti. Dudas entre decir sí o decir no. 

Dudas. Piensas y dudas. Piensas con insistencia y cuanto más piensas más dudas. Piensas que puedes, al rato piensas que no. 

Dudas. Buscas información, preguntas, pides consejo. Dudas. Escuchas pero sigues en duda. 

Es así:

Tu mente inferior o ego tiene miedo, y lo tiene siempre. Es su naturaleza. Todos tenemos miedo. Todos, en mayor o menor medida, buscamos certezas, seguridad. Necesitamos que la cosa sea fácil, que la vida no nos lleve a tener que responsabilizarnos de tomar una decisión y de asumir sus consecuencias. Nos da vértigo confiar en lo que realmente ahora necesitamos y sentimos porque no tenemos seguridad sobre el mañana. 

Buscamos en la lista de pros y contras, en el otro, en el psicólogo, en nuestro amigo. Nos justificamos y nos boicoteamos y lo hacemos porque en el fondo, nuestro ego no tiene ninguna intención de decidir nada, no quiere hacerlo. Es un niño con pataleta que no sabe lo que es confiar y por eso, mentalmente nos atosiga, nos lleva de una posibilidad a otra, haciéndonos creer que dudamos, que no sabemos, que las dos opciones pueden valer, que somos incapaces de ver con claridad, que no sabemos, ay! que no sabemos.

¿Te das cuenta que cuando no sabes si decir sí a ese trabajo es porque tu mente está puesta en la falta de certezas sobre lo que ocurrirá después de decidir? ¿te das cuenta de que intentas solventar tus dudas desde la propia fuente generadora de ellas? ¿Te das cuenta de que no tienes dudas sino miedo a lo desconocido y a asumir tu responsabilidad? 

Queremos elegir aquello que mejor sea para nosotros, queremos tener la seguridad de que nuestra decisión será la correcta y aquí es donde está el problema. Queremos resolvernos sin escucharnos en el ahora y sin aceptar lo que interiormente sabemos.

Como no todo podía ser miedo, además de ego, dentro de nosotros existe un espacio sagrado en el que habita el Alma. Allí no hay mente, no hay dudas, no hay miedo, no hay ego. No hay ninguna necesidad de saber qué ocurrirá mañana porque en ese espacio mañana no existe.En ese lugar solo hay certeza y Verdad. Allí están las respuestas a nuestras preguntas, a las dudas de nuestra mente. Sentir, y no pensar, es la llave que nos abre la puerta a la Verdad. 

Cuando mi ego duda, tengo que alejarme de la mente, tengo que dejar de pensar en el futuro, tengo que soltar el miedo para permitirme sentir, para dejar espacio a mi guía interior.

No tenemos dudas, tenemos miedo. 

Tú sabes qué quieres en este momento, tu corazón lo sabe pero no te permites soltar la mente para sentirte, para escuchar dentro de ti la respuesta que tu alma tiene para darte. No te lo permites porque tienes miedo a asumir eso que ahora sientes, porque no confías, porque tienes miedo a convertirte en un adulto espiritual, porque tienes miedo a equivocarte, a hacerlo mal, a que no haya otra posibilidad...como si eso fuera posible.


Feliz presente.

Almudena Migueláñez

FLUIR, RESISTIR, AFRONTAR

Fluir no es dejarse arrastrar por la marea. Fluir con la vida es andar de su mano, aceptando lo que en cada momento tiene para nosotros. 

Piénsalo, ¿crees que realmente permites la vida? ¿toda tu vida? Porque lo que yo creo es que a veces, en vez de caminar al ritmo de ella, compartiendo sus pasos, aprendiendo de su maestría, confiando en su infinita sabiduría, agradeciendo sus pruebas y dejando atrás las dudas, las quejas, los cuestionamientos, lo que hacemos realmente es resistirnos con fuerza a ella, la negamos, luchamos, nos enfrentamos y claro, nos aferramos.

Fluir es lo contrario a resistir. Fluir es permitir, permitir lo que sea. Es afrontar la vida de cara, con una sonrisa y una intangible e ilimitada esperanza. Fluir es estar presente para recibir todo lo que en este instante tiene que ser. 

Fluir implica tener fe, se alimenta de nuestra capacidad para confiar, para abandonar las resistencias a permitir lo que no nos gusta, lo que nos asusta o lo que no conocemos. Fluir es dejar espacio dentro de ti para que la Vida pueda cumplirse. 

Fluir es no evitar nada, es no eludir los retos y sobre todo, no mantenernos ciegos. Cuando fluimos, vemos sin miedo, aceptamos y continuamos. Cuando fluimos, elegimos vivir en armonía con Toda la vida. Escogemos permitirle que se manifieste en toda su magnitud. Cuando fluimos, nos responsabilizamos y entregamos. 

¿Estás dispuesto a fluir con la vida?

Feliz presente.

Almudena Migueláñez.

HOY ES UN DÍA IMPORTANTE

Hoy es un día importante y lo es por muchas razones. Hoy es el día en el que tienes una gran oportunidad para poner fin a todo aquello que no te sirve, que te hace daño, que te aleja de la Vida, que te oprime y te encarcela.

Hoy es un día importante y lo es porque en este momento tienes delante de ti un papel en blanco, la posibilidad de desprenderte de tus máscaras, de arrancar tus trajes, de cerrar la puerta a todo lo falso que has ido construyendo dentro de ti. Hoy puedes decidir no ponerte más disfraces.

Hoy es un día importante y lo es porque la tensión que hay arriba en los cielos es la tensión que también hay abajo en la Tierra, en tu suelo, en tu plexo. Y es esa tensión interna la que te trae una pregunta: ¿a qué esperas? ¿qué tiene que ocurrirte para que decidas terminar con todas tus resistencias?

Hoy es un día importante para que pares, mires dentro de ti y reflexiones sobre qué es lo que te está impidiendo lograr la paz, sobre lo que te está alejando de ser feliz;  es un momento perfecto para que desaceleres y des muerte a esa lucha interna. Para que digas a la vida: tengo intenciones. Para que observes y saques de tu camino lo que ya no quieres, lo que no eres.  

Hoy es un día importante para que te abraces, para que pongas delante de ti tus resistencias, miedos, quejas, lamentos, preocupaciones y tristezas. Para que las veas y con todo el amor que seas capaz, las abraces. ¿Por qué? porque solo cuando te des amor podrás libertarte, porque un niño no mejora cuando no recibe incondicionalidad. Porque tu niño, hoy, que es un día importante, te está esperando para que le ames, para que le abraces. Te está pidiendo ayuda para poder por fin liberarte, te está diciendo que su miedo, su angustia y su chantaje desaparecerán cuando de una vez, decidas abrazarle.

El Universo sigue, no para, no puede, ¿te imaginas que el sol no saliera mañana? sin embargo, tu Universo interno no podrá mostrarte el sol mañana si hoy, que es un día importante, no te amas, te abrazas y te desprendes de todo lo que ya no es importante. 

Observa, abraza, ama, suelta,entrega.

Feliz eclipse.

Almudena Migueláñez

 

 

¿AUTOESTIMA?

Nunca le he dado mucha importancia a la autoestima, quizá porque es una energía que solo existe en el plexo solar y que, por lo general, resulta difícil de dirigir y controlar: con rapidez nos puede llevar a la vanidad o a la infravaloración y autoexigencia más burda.

En la autoestima hay implícita una clasificación de lo que valoramos y de lo que rechazamos, de lo que consideramos bueno y "digno de" y de lo que no. La autoestima valora aquello que ve interesante, bonito y grandioso en ti, y al hacerlo, como todo tiene su opuesto, niega y excluye otra parte de lo que eres. La autoestima contiene un juicio que te condena a una definición limitada de ti mismo. La autoestima es ego.

No niego que en una primera fase de evolución pueda ser necesaria una cierta estima que nos proporcione un inicial contacto y valoración de nosotros mismos y que nos pueda ser útil para conectar con una forma superior y más pura de relación interna,  pero si únicamente aprendemos a vernos desde ahí, nunca llegaremos a descubrirnos como seres completos, más allá de los límites contaminados y llenos de filtros y juicios del ego. Lo que la autoestima hoy valora como positivo en ti, puede ser que mañana lo exagere y lo exprima tanto que se transforme en tóxico o en defecto y carencia. 

Por el contrario, la autoaceptación realista, consecuencia de un profundo conocimiento de quiénes somos, de nuestra naturaleza, nuestras potencialidades, polaridades, sombras, miedos y quiebras mentales es, sin duda, mucho más transformadora y auténtica que la mera autoestima.  

La aceptación de uno mismo es amor completo, es la reconciliación interior con todas las partes de nuestro ser. Es la consecuencia de una experiencia de reconocimiento e incondicionalidad interna mucho más elevada y profunda que la autoestima. La autoaceptación es, como dice una buena amiga mía, humildad. Es entender que eres algo mucho más grande que lo que tu ego cree, es entender que los filtros y criterios de la autoestima no siempre son verdaderos, es la autoconfianza plena en la autenticidad de quien eres.

La autoaceptación provoca relajación, ausencia de juicio. Provoca plenitud y abundancia, alegría de ser y una fe profunda en uno mismo.

¿Has probado a aceptarte total y completamente de la misma manera que te acepta el Universo?

Feliz presente.

Almudena Migueláñez.

PLUSCUAMPERFECTO

Más que perfecto, así es todo lo que sucede en nuestras vidas, pluscuamperfecto.

Sé que tienes deseos, objetivos, anhelos, yo también los tengo. Y sé que gran parte de tu esfuerzo de hoy te gustaría que fuera tu recompensa de mañana. Lo que sucede es que a veces mañana no hay recompensa, o no es la que esperabas y entonces tu ego, vestido con el traje de justiciero impaciente, te dice que eres una víctima del azar, que la vida tiene algo de injusto, que no lo lograste por causa del otro, que lo hiciste mal, que tienes que esforzarte más, o vete tú a saber.

Lo realmente importante es que primero consigas identificar si tus anhelos y deseos son los que hacen vibrar a tu corazón, si son los que te hacen querer estar vivo y continuar.

¿Sabes qué hace que tu corazón vibre? ¿sabes que te hace realmente feliz? Este es el primer paso. Si has conseguido hacer "clic" y localizar eso que es una verdad para tu corazón, entonces inevitablemente se manifestará. Pero se manifestará en el momento perfecto para ti, y ese momento no tiene por qué ser el que tu ego considera, de hecho, generalmente no tiene relación directa.

En el Universo no existe el azar porque el Universo es pluscuamperfecto. Todo existe y todo ocurre por una razón y todo lo que en este preciso momento te está sucediendo es lo que te tiene que suceder, ni más ni menos. Si todavía no has logrado ver en tu vida lo que ya vibra en tu corazón, si todavía no se ha manifestado no es porque lo estés haciendo mal, ni porque se hayan olvidado de ti, no. Es porque todavía hay una pieza del puzzle que está por encajar y encajará, aunque tu ego no lo crea, encajará. 

Lo que a tu corazón le hace vibrar es lo mismo que a tu Alma le hace vibrar, es una sola cosa y tu Alma es la parte de ti conectada con el Todo pluscuamperfecto. Tu ego no tiene ni idea, pero tu Alma sí y si conoces eso que amas desde el Alma, ten presente que su manifestación será perfecta porque tu Alma sabe mucho más de ti que tú, porque tu Alma te ama mucho más de lo que tú te amas a ti. Pero tu Alma no necesita de tu impaciencia,  ni de tu juicio, ni de tus dudas, tu Alma necesita que vivas presente, vibrando en lo que deseas y dejando que todo sea pluscuamperfecto.

Feliz presente.

Almudena Migueláñez

 

 

 

 

 

EL OTRO

"Una vez preguntaron a un Maestro espiritual:

Maestro, ¿cómo debo tratar a los otros?

El Maestro respondió: no existen los otros"

El otro, el otro, el otro...¿te das cuenta del tiempo que pasamos pensando en el otro?

El otro no entiende, el otro se equivoca, el otro no me quiere, el otro me ha hecho daño, el otro podría hacer mejor las cosas...En realidad no hay otro, no, no lo hay. Eso que tus ojos están viendo fuera de ti sólo es un reflejo de lo que hay dentro, ni más ni menos. Tu familia es un espejo, tu mujer otro, tu jefe, tu amiga y tus hijos un reflejo a través del que puedes aprender, si quieres, claro. Sin embargo, si te das cuenta, la mayor parte del tiempo lo dedicamos a escupir hacia fuera lo que no somos capaces de reconocer dentro de nosotros, siempre es el otro.

El Universo, que es infinitamente sabio y que nos ama incondicionalmente, de la misma forma que un padre ama a su hijo, quiere siempre y en última instancia lo mejor para nosotros, quiere que nos sintamos plenos y que vibremos en la frecuencia del Amor incondicional. Lo que sucede es que el Universo, como buen padre, sabe que para que sus hijos sean capaces por ellos mismos de alcanzar su plenitud, necesitan primero aprender y revisar muchas cosas y como, por desgracia, todavía sus hijos somos un poco analfabetos emocionales y tenemos mucho miedo a ser quienes somos, a dejar de juzgarnos, a dejarnos guiar por nuestra intuición, y en definitiva a soltar el ego, entonces, nuestro querido Padre nos dice: "ok, no entendiste que si te juzgas no puedes ser feliz, no entendiste que tu necesidad constante de controlar y tener la razón tampoco te sirve, hijo mío, no entendiste nada!,  así que voy a ver de que forma te puedo enseñar todo lo que tienes que transformar dentro de ti. Para ello, te regalo una Ley: como es dentro es fuera, como es fuera es dentro, a ver si así, a través de todo lo que hay fuera de ti, puedes ver todo lo que hay dentro y transformarte".

Y nosotros, que no nos fiamos mucho, lo que le decimos a nuestro Padre es: "no, no, no papá, ¿me estás diciendo que ese hombre que me está juzgando y que es un cretino está en mi vida porque yo me juzgo todo el tiempo? no, no, no..." y así construimos el cuento de nuestra vida, una historia en la que, para bien o para mal, el protagonista siempre es el otro.

Si quieres que te quieran, quiérete. 

Si quieres que te respeten, respétate e integra tu autoridad.

Si quieres que te hablen desde el corazón, háblate desde el corazón.

Si quieres querer al otro, quiérete.

Feliz presente.

Almudena Migueláñez

¿ POR QUÉ?

Me gustaría preguntarte algo: ¿por qué te agredes? ¿cuál es la razón por la que te tratas tan mal? ¿cuál es el motivo por el que todavía hoy, continúas haciéndote daño? Quizá, ni siquiera eres consciente de que te estás agrediendo...

Te agredes cada vez que no escuchas lo que sientes y también cada vez que, escuchándote, no te atiendes.

Te agredes cuando no te permites ir más allá de tus creencias. Te limitas y te agredes.

Te agredes siempre que te prohibes el placer y cada vez que quieres ser perfecto. Cada vez que quieres ser quien no eres, te agredes.

Te agredes cuando deseas para ti en pequeñito, cuando te conformas con lo mínimo, cuando haces caso al miedo y cuando con un "no puedo" te niegas a salir del fango en el que vives.

Te agredes cuando te piensas mal, cuando te hablas mal, cuando te importa más tener razón que estar en paz.

Te agredes cuando no sabes equilibrar, balanceándote entre el recibir y el dar.

Te agredes haciendo un trabajo que no te gusta, conviviendo con quien no amas y soportando lo que nunca desearías que otro al que amas, soportara.

Te agredes con cada juicio, con cada necesidad guardada, con cada victimismo y cada lamento.

Te agredes y mucho, al no aceptar, al no soltar, al no liberarte.

Te agredes cuando te niegas a perdonarte y cuando decides no perdonarle.

Te agredes al no mirarte, al no mimarte, al no abrazarte.

Da igual el camino que escojas, siempre vas a ir contigo, así que, ¿por qué te agredes? 

Feliz presente.

Almudena Migueláñez