EL OTRO

"Una vez preguntaron a un Maestro espiritual:

Maestro, ¿cómo debo tratar a los otros?

El Maestro respondió: no existen los otros"

El otro, el otro, el otro...¿te das cuenta del tiempo que pasamos pensando en el otro?

El otro no entiende, el otro se equivoca, el otro no me quiere, el otro me ha hecho daño, el otro podría hacer mejor las cosas...En realidad no hay otro, no, no lo hay. Eso que tus ojos están viendo fuera de ti sólo es un reflejo de lo que hay dentro, ni más ni menos. Tu familia es un espejo, tu mujer otro, tu jefe, tu amiga y tus hijos un reflejo a través del que puedes aprender, si quieres, claro. Sin embargo, si te das cuenta, la mayor parte del tiempo lo dedicamos a escupir hacia fuera lo que no somos capaces de reconocer dentro de nosotros, siempre es el otro.

El Universo, que es infinitamente sabio y que nos ama incondicionalmente, de la misma forma que un padre ama a su hijo, quiere siempre y en última instancia lo mejor para nosotros, quiere que nos sintamos plenos y que vibremos en la frecuencia del Amor incondicional. Lo que sucede es que el Universo, como buen padre, sabe que para que sus hijos sean capaces por ellos mismos de alcanzar su plenitud, necesitan primero aprender y revisar muchas cosas y como, por desgracia, todavía sus hijos somos un poco analfabetos emocionales y tenemos mucho miedo a ser quienes somos, a dejar de juzgarnos, a dejarnos guiar por nuestra intuición, y en definitiva a soltar el ego, entonces, nuestro querido Padre nos dice: "ok, no entendiste que si te juzgas no puedes ser feliz, no entendiste que tu necesidad constante de controlar y tener la razón tampoco te sirve, hijo mío, no entendiste nada!,  así que voy a ver de que forma te puedo enseñar todo lo que tienes que transformar dentro de ti. Para ello, te regalo una Ley: como es dentro es fuera, como es fuera es dentro, a ver si así, a través de todo lo que hay fuera de ti, puedes ver todo lo que hay dentro y transformarte".

Y nosotros, que no nos fiamos mucho, lo que le decimos a nuestro Padre es: "no, no, no papá, ¿me estás diciendo que ese hombre que me está juzgando y que es un cretino está en mi vida porque yo me juzgo todo el tiempo? no, no, no..." y así construimos el cuento de nuestra vida, una historia en la que, para bien o para mal, el protagonista siempre es el otro.

Si quieres que te quieran, quiérete. 

Si quieres que te respeten, respétate e integra tu autoridad.

Si quieres que te hablen desde el corazón, háblate desde el corazón.

Si quieres querer al otro, quiérete.

Feliz presente.

Almudena Migueláñez