LO QUE TÚ DECIDAS

¿Cuántas cosas dejamos de hacer por miedo? ¿Cuánto tiempo malgastamos pensando en lo que podría ocurrir si hiciésemos lo que de verdad deseamos? ¿Cuántas relaciones mantenemos por miedo? ¿Cuántos trabajos? El miedo es inherente al ser humano. Osho decía que donde hay vida, hay miedo. Nuestro desafío es el de aprender a utilizarlo a nuestro favor y como recurso para despertar nuestra valentía, en vez de continuar creyéndonoslo.

En esta dimensión todo está polarizado. Somos nosotros lo que, con nuestra mente, decidimos qué queremos creer. Yo puedo ver el miedo como una oportunidad, y para eso antes he tenido que desidentificarme de él e identificarme solo con el amor, o puedo verlo como una realidad que solo me somete y limita. ¿Y qué es el miedo? Lo que yo decida.

Si soy consciente de que solo el presente es real, de que estoy aquí de paso, de que nada me puede ocurrir, si estoy en paz con la muerte, entonces veré el miedo como una guía para crecer en esta experiencia. Entonces, lo podré utilizar como oportunidad a mi favor porque habré entendido que el miedo, que solo es ausencia de amor, me está indicando el camino, me está diciendo exactamente por dónde tengo que ir. Me está recordando que soy alma y que si hago lo que me asusta, si le doy la mano a lo que más miedo me da, me daré cuenta del poder ilimitado que habita en mi interior, y de que el miedo, al final, solo era una ilusión.

Pero si me identifico con la mente, con el ego, con lo que pienso y con lo que veo, entonces yo misma convertiré el miedo en algo real y tangible, se manifestará en mi cuerpo y también en el exterior. Entonces, viviré en el futuro incierto y en el pasado castrador, entonces no seré yo, dejaré a un lado mis necesidades y deseos para hacer crecer el miedo en mi interior. Depende de mí.

Pienso mucho en que hoy me puedo morir, en que hace años estuve enferma y en que tengo la responsabilidad de vivir de todo corazón, y esos pensamientos me dan impulso para no esperar a mañana, para no dejar de hacer lo que quiero hacer porque en mi mente haya miedo. Sí, tengo miedo, ¿y?

Piénsalo, estás aquí de paso. No dejes que tu mente te someta, no dejes que el miedo te gobierne. Tú eres soberano y libre, eres amor. Hazlo, aunque te mueras de miedo, pero hazlo.

Feliz presente,

Almudena Migueláñez.

Photo by Ángel Santos