VE AL CORAZÓN

Aprendimos a relacionarnos con la vida y con nosotros mismos desde la mente, a intentar entender el porqué de lo que nos pasa. Aprendimos a preguntar y a esperar que fuera esa misma mente que pregunta sin cesar, la que nos dé claridad y respuestas. Aprendimos a aceptar las expectativas de los demás, incluso de la sociedad. Aprendimos a cargar con lo que no es nuestro y a hacerlo sin rechistar. Aprendimos a ser lo que debemos ser, lo que tenemos que ser. Aprendimos a quitarle importancia a lo que necesitamos y a lo que sentimos. Aprendimos a dejarnos para otro momento porque dimos más valor a los demás que a nosotros mismos. Aprendimos, con sumisión, a aceptar la culpa, el pecado, el sufrimiento y el sacrificio. Aprendimos que el miedo es real, que somos insuficientes, que no se puede tener todo en la vida y que las cosas hay que merecérselas. Aprendimos que es más importante hacer que ser, aunque lo que hagamos no tenga sentido.

Aprendimos muchas mentiras y nuestra responsabilidad es la de desaprender lo que no es verdad, y recuperar nuestro poder, para así cumplir con nuestra misión de vida.

Deja de fijarte en lo de fuera, en lo que te dice tu mente, en lo que ven tus ojos, en lo que te reclama la gente. Deja de luchar contra ti y ve a tu corazón. Lleva tu mirada dentro. Es ahí donde están todas las respuestas, donde encontrarás todo lo que estás buscando. Es en tu corazón donde hallarás sentido y dirección. Cierra los ojos y siente.

Tú eres amor, nunca fuiste miedo, el miedo solo está en la mente. Eres completo, lo tienes todo dentro, eres una extensión del macro Universo, pero solo si te comprometes contigo mismo y empiezas a verte como el alma que eres, podrás descubrirlo.

Todos buscamos hogar, aquello que nos hace sentir en casa, y tu hogar, tu casa está en tu interior, en tu corazón.

Feliz presente,

Almudena Migueláñez.

Photo by Thomas Oxford