TÚ MISMO

Puedes ser tú mismo si has aprendido a reconocerte de forma plena, si te has permitido abrazar todas tus partes, si las aceptas y si las amas incondicionalmente. Si te aprecias y te respetas, si escuchas tus necesidades y si eres capaz de atenderlas. Si te has reconciliado con la persona que ves en el espejo y si estás en paz con ella. Si no pretendes ser alguien diferente de quien, de hecho, eres y si, por encima de todo, te quieres.

Puedes ser tú mismo si ha dejado de importante lo que los demás esperan y opinan de ti. Si has asumido la responsabilidad de honrarte y de cuidarte. Si te has deshecho de todo lo que te aleja de ti, de todo aquello que, de alguna manera, te separa de quién realmente eres. Puedes ser tú mismo cuando te asumes y cuando eres capaz de verte de manera completa, con tus luces y con tus sombras. Cuando tu oscuridad y tus vergüenzas han dejado de asustarte, y cuando no tienes ninguna intención de ocultarte. Eres tú mismo cuando caminas acompañado de lo que sientes, cuando te permites ser vulnerable y cuando, pese a todo, continúas creyendo en quién eres.

Ser tú mismo es aceptarte y expandirte. Es permitirte habitar en el ser maravilloso que eres. Es el resultado y la consecuencia de un acto constante de reconocimiento y de apreciación interna, de dejar que brille tu esencia. Ser tú mismo es responsabilizarte de ti, es regularte, sabiendo hasta dónde llegas y aceptando cuáles son tus límites. Ser tú mismo no debería de ser una posibilidad sino una obligación incuestionable, porque si lo que quieres es ser alguien diferente de lo que ya eres y tener una vida distinta de la que tienes, entonces deberías tener presente que para crecer y transformarte, primero tienes que reconocerte, aceptarte y amarte tal y como ahora eres. Porque solo la opción de permitimos, de sostenemos y de apreciarnos tal y como somos puede, de verdad, servirnos para vivir esta experiencia con el mayor sentido y de la manera más intensa y plena.

Lo que nos está impidiendo ser nosotros mismos es el miedo a no ser aceptados y amados por los otros, es la creencia de que lo que somos no es ni válido ni suficiente, y es ahí donde está el problema. Condicionamos nuestro reconocimiento interno a que los demás nos reconozcan, dejamos a un lado nuestras necesidades y nuestra esencia creyendo que importa mucho más responder a los juicios y a las proyecciones que existen fuera. Ahí está el problema. Como dice el Maestro Thich Nhat Hanh: "Ser hermoso significa ser tú mismo. No necesitas ser aceptado por otros. Necesitas ser aceptado por ti mismo".

Feliz presente,

Almudena Migueláñez.

Photo by Craig Philbrick

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