DESCONFIAMOS

Desconfiamos

Hay veces en las que lo único que puedo y debo hacer es no hacer y aunque una parte de mí o de ti crea que así está dejando pasar una oportunidad o desaprovechando un tiempo precioso para lograr, crecer y transformar, incluso aunque la ansiedad por manifestar me invada o te invada, aunque una parte de mí o de ti sienta el impulso de emprender la marcha, de hacer y de hacer, te diré, me diré que a veces, lo mejor es soltar el hacer para permanecer y ser.

El Universo se manifiesta en un baile inseparable de experiencias necesarias, de avanzar en el hacer y parar en el ser, para sentir y permitir. Tú y yo, queramos o no, tenemos procesos por los que debemos pasar y para poder vivirlos y experimentarlos en equilibrio, necesitamos observarlos, respirarlos, meditar sobre ellos, sentirlos y permitir que solos, sin acompañarlos de más esfuerzo ni trabajo por nuestra parte, se nos muestren y sean.

Estamos tan acostumbrados a hacer!, tan engañados con la idea de que solamente desde ahí lograremos alcanzar lo que deseamos, que nos hemos olvidado de conectar e incorporar nuestra capacidad para permitir que las cosas sean cuando y como tienen que ser. ¿Y por qué nos hemos olvidado? ¿por qué no dejamos que la semilla germine a su debido tiempo?

Desconfiamos y por eso solo hacemos. Tenemos miedo a entregarnos a la sabiduría de nuestros propios procesos. Desconfiamos y por eso no creemos que las cosas puedan colocarse por sí mismas. Desconfiamos de nosotros, de la persona que tenemos al lado y del Universo del que somos parte. Desconfiamos y por eso necesitamos controlar. Desconfiamos y por eso no permitimos que los demás vivan sus tiempos y también sus procesos. Desconfiamos, realmente desconfiamos.

¿Confías en que el sol saldrá mañana y que lo hará sin que tú te esfuerces en ello?
Almudena Migueláñez

Y SI HOY NO...

Y si hoy no...

Y si hoy no tuviera pensamiento para darte, entonces podría ofrecerte lo que sé que a mi me ayudaría:

Un abrazo en medio de tu tormenta, una sonrisa entre tu llanto y un "te entiendo" para tu desconcierto.

Un "confía y pase lo que pase siempre confía" cuando sientes que todo ha perdido el sentido.

Y entre lucha y lucha, un poco de merecimiento,
eso te ofrecería, merecimiento.

Solo la calma te regalaría, recordándote que todo ocurre en el momento y de la forma perfecta. Calma y paciencia porque sé que a mi me ayudaría.

Por supuesto, te sujetaría y poco a poco dejaría que tú mismo lo hicieses para que sintieses que dentro de ese mar de emociones, eres capaz de sostenerte.

Como un espejo te reflejaría para que vieses, en medio del autocastigo, la inocencia que escondes.

Y siempre y sin ningún pensamiento, respiraría a tu lado, para que esta vez seas tú quien me recuerde la inmensidad de la vida.

Con un gracias me despediría para poder devolverte así tu infinita alegría.
Almudena Migueláñez

NO DEJA DE SORPRENDERME

NO DEJA DE SORPRENDERME

No deja de sorprenderme la capacidad que tenemos para apoyar, alentar, sostener, proteger y comprender al otro, esa entrega, no deja de sorprenderme. Pensarás que cómo es posible que eso me genere sorpresa cuando en realidad es algo maravilloso, común, es lo que determina nuestra bondad, es algo bueno y que nos hace sentir bien, cuidar al otro es algo bueno. Y tienes razón, lo es, o no, depende, porque si no somos capaces de, todo eso que entregamos al otro, dárnoslo a nosotros mismos, entonces deberíamos de dejar de hablar de bondad, entonces deberíamos hablar de desconexión, de falta de amor propio, de condicionalidad, de necesidad, de reproche. Sí, reproche, porque cuando das al otro sin darte a ti, tarde o temprano le demandarás lo que le has estado dando y si no es a esa persona será a la vida, al Universo o a otro u otra que se cruce en tu camino. Dar con condición, necesita de devolución, dar al otro cuando tú te das a ti mismo es incondicionalidad, y esa, no hay que devolverla.

Cómo es posible que seamos capaces de desplegarnos como dadores de amor al otro y no hayamos desarrollado capacidad alguna para darnos ese amor a nosotros mismos. Cómo podemos ver la inocencia en nuestro amigo y en nosotros únicamente encontremos juicio. Cómo no puede generarnos sorpresa esa capacidad para ver al otro sin ni siquiera verle y esa incapacidad
para vernos a nosotros.
A mí sí, me genera sorpresa y unas ganas terribles de pedirte que por un momento, solo por un momento reflexiones sobre si todo eso que le estás dando, también te lo das a ti y te pido que en esa reflexión tengas en cuenta algo: tú no puedes dar nada que no te des a ti mismo y nadie te dará nada que no te des. Pronto hablaremos de esto.

La bondad es la inclinación del ser humano para hacer el bien y ahora recuerdo que todo el tiempo que no fui bondadosa conmigo, no pude serlo de corazón con el otro. En el fondo cuando daba, esperaba que algo o alguien me lo devolviera y ahora sé que nadie más que yo puede darme lo que necesito y entonces es cuando por obra y gracia de los reflejos, comienzo a recibir de verdad y sin necesitarlo. También pronto hablaremos de esto.

Almudena Migueláñez

ENCERRADO EN TU MIEDO

ENCERRADO EN TU MIEDO

Porque tu miedo más grande no es que no vayas a ser capaz de lograrlo, no es que te puedas equivocar, ni tan siquiera es que te dejen de querer. Tu miedo más grande, querido amigo, es el de permitirte ser quien eres, es el de quererte tanto que puedas llegar a sentir que eres merecedor de todo lo mejor. Es el de mostrarte virgen y desnudo, manifestando tu sombra y tu luz. Y en ese miedo oculto y engañado es donde, en realidad, radica todo tu poder, tu sabiduría y potencial.

Hablamos de mil maneras sobre el miedo, sabemos que es un pensamiento que nos intoxica y paraliza, pero cuando somos capaces de enfrentarnos a ese ruido interior que tanto tememos, nos damos cuenta de que lo que oculta es una profundísima desconexión de nosotros mismos, de nuestra propia esencia y unidad, inseparable a la gran Energía de la Vida, protectora y dadora de amor incondicional.

¿A qué tienes miedo si confías totalmente en ti? ¿qué te asusta tanto si eres tu mejor amigo? ¿qué te puede suceder si siempre te llevas de la mano? Enamorarte de ti, cuidarte y protegerte con el mismo cariño que lo harías con la persona a la que más quieres, probablemente no hará desaparecer tu miedo pero sí logrará que lo veas como un camino de crecimiento.

No entendemos que el miedo nos enseña, solo nos asusta y queremos escapar de él. No entendemos que el miedo es esa parte de nosotros que por alguna razón dejamos de atender y de mimar. No entendemos que el miedo oculta detrás de su forma, amor no dado. Luchamos contra él en vez de atenderle, en vez de abrazarle.

Abraza tu miedo más profundo y deja que te muestre la persona infinita que eres.

Almudena Migueláñez

NO TE RINDAS

NO TE RINDAS

Ahora no puedes rendirte, justo ahora no.
Sé que estás cansado, que te gustaría que las cosas fueran más fáciles, pero es justo ahora cuando no puedes olvidar todo lo que has logrado, todo lo que has aprendido. Llevas años sembrando y dentro de poco, muy poco recogerás la cosecha.
No te rindas, nadie dijo que descubrirte y manifestar tus sueños fuera un camino fácil, pero sí es un camino seguro. Y lo es porque no hay trabajo sin recompensa, porque el Universo, tu Universo es causal, todo lo que haces y todo lo que eres capaz de sanar y limpiar dentro de ti te aproxima a tu sueño, que se manifestará en el momento perfecto, cuando estés listo.
No te rindas, tu tesón, tu fe y tu constancia son reflejo de tu merecimiento y del amor que has aprendido a darte. No te rindas por este contratiempo, míralo como un aprendizaje, te servirá para hacerte aún más grande.
No te rindas porque si lo haces te alejarás de lo que tu corazón sabe que te pertenece por derecho propio. Te perderás en la decepción, la impotencia y la frustración y permitirás que el poder que despertaste en tu interior se duerma, aletargado entre tu miedo.

No te rindas y si aún quieres hacerlo, por favor, no te rindas.

Almudena Migueláñez

7 MANERAS DE NO RENDIRME

7 MANERAS DE NO RENDIRME
El otro día decidimos no rendirnos, ¿verdad? Hoy quiero compartir contigo algunas de las pautas que yo sigo cuando siento que no lo voy a conseguir:

– No me rindo cuando estoy conectada conmigo misma. Te recomiendo que mantengas tu conexión a través de la respiración. Hazte consciente de cómo inhalas y de cómo exhalas. Constantemente estamos expuestos y si no logramos mantenernos en foco es fácil que pensemos en salirnos del camino que hemos elegido. 10 minutos de respiración consciente pueden ser tu salvación. Otro día te contaré porqué una buena respiración es tan importante.

– No me rindo cuando me permito observar los pensamientos y las emociones que tengo, cuando no escapo de mi misma. Observa, sin juicio por favor, los pensamientos, emociones y sensaciones limitantes. Si lo necesitas, escríbelos: no puedo, estoy agotado, y si fracaso, y si nunca lo logro, realmente lo quiero… Esto te ayudará a tomar distancia y a ver que tan solo una parte de ti, y no la totalidad de lo que eres, tiene miedo o se siente incapaz de lograrlo. Además, disminuiremos la ansiedad y la angustia.

– No me rindo cuando soy capaz de transformar la dificultad en oportunidad. Pregúntate para qué te sirven esos pensamientos, qué puedes aprender de ellos. Reflexiona sobre las creencias que los sostienen, sobre eso que te ha hecho pensar en rendirte. Utiliza el aprendizaje!, te será muy útil para acercarte un poquito más a tu sueño.

– No me rindo cuando me trato con cariño. Date un respiro, no siempre podemos avanzar de la forma y a la velocidad que nos gustaría. Ten calma, estás creciendo!

– No me rindo cuando soy flexible y me desapego por completo de los resultados. Reflexiona, revisa, reajusta, reestructura tu objetivo y adáptalo si lo sientes necesario. Hasta el 25 de enero, con Mercurio retrógrado, tenemos disponible la energía perfecta para este reajuste.

– No me rindo cuando sé que me merezco todo lo bueno. La energía de la culpa y el auto castigo es, desde mi punto de vista, una de nuestras grandes enfermedades. Te mereces lograr aquello que sueñas, no lo dudes nunca, si no lo haces lo alcanzarás, tenlo por seguro.

– No me rindo cuando confío en mi y en el amor infinito del Universo. Vuelve a visualizar tu sueño, siéntelo, y desde el sentir, date cuenta de lo que está brotando en tu corazón. ¿Hay alegría, paz, seguridad?

Te diré algo, cuando encontramos eso que hace despertar nuestro corazón, no podemos sino mantenerlo vivo en nuestra mente y en nuestra energía, sabiendo que todo lo que sale de nuestro pecho está benditamente condenado a manifestarse en nuestras vidas.

ATRAPA TU SUEÑO, NUNCA TE RINDAS!

Almudena Migueláñez.

EN 2016 y PASE LO QUE PASE...

EN 2016 y PASE LO QUE PASE...

Nunca pierdas la conexión contigo. Recuerda que sin ti no podrás lograrlo.

Haz las cosas lo mejor que puedas, con todo el amor del que seas capaz y una vez hechas, suéltalas.

Nunca abandones tu sueño, mantenlo vivo en tu mente y en tus visualizaciones.

Recuerda siempre que tu poder es mental. Tus pensamientos crean tu vida.

Si todavía no has llegado es porque aún te queda algo por trabajar, algo por aprender. Respira y sigue.

Nunca renuncies a tus necesidades, mantente enfocado en todo momento.

Da las gracias por la oportunidad, por la experiencia de tu vida. Siempre y pase lo que pase, da las gracias.

No dejes de ser quién eres. Eres único y tienes un don.

Jamás olvides que te quieren, que nunca estás solo, que todo, absolutamente todo tiene una causa, un porqué y un para qué.

Siempre y pase lo que pase en el año que ahora empiezas, haz todo lo que esté en tu mano para ser mejor.

Almudena Migueláñez