Recuerda que tu mente no está capacitada para darte las respuestas que andas buscando. Solo el silencio y la ausencia de pensamientos te proporcionarán el espacio que necesitas para escuchar a tu guía interna, sabia, eterna e infinita. Por eso, medita.
Recuerda que, temporalmente, estás aquí para experimentar, pero tú eres inmortal. Eres una extensión del Amor y, por eso, tu gran motivo, tu gran propósito en esta vida es el de creer con firmeza en tu verdadera naturaleza, para así, poder expandirte y servir. Recuerda que tú no estás aquí para padecer, para pasar pruebas ni para sufrir. Juega, sonríe y disfruta. Recuerda que cuanto más niño seas, más creatividad desarrollarás y más sentido encontrarás a esta experiencia.
Recuerda que cuidar de ti, atenderte, respetarte, sostenerte, responsabilizarte de tus necesidades y vivir conectado a tu vulnerabilidad representan las bases de tu hogar, y si dentro no hay una estructura, si no te habitas en paz, lo de fuera, los poderes y autoridades externas te someterán.
Recuerda que tú eres la persona más importante de tu vida y que sin ti, no podrás. Cada vez que te criticas y te juzgas, cada vez que desconfías de ti, de tu poder y de tu valía, cada vez que te rechazas y no te escuchas estás alejándote de la posibilidad de sentirte pleno y feliz. La aceptación y el reconocimiento de ti mismo son dos requisitos imprescindibles para que tu vida, de verdad, tenga sentido. Recuerda que para que puedas dar de verdad, primero tienes que conocer lo que vas a entregar. Recuerda que no eres una media naranja, ni te faltan partes, ni necesitas de otra mitad. Eres un ser completo, has venido con todo dentro.
Recuerda que la razón de ser de tu miedo es que aprendas a dejar de creértelo y así poder transformarlo en amor. Recuerda que tu ego, tu mente y tu miedo son tu karma, por esa razón, cuánto menos te identifiques con ellos más rápidamente retornarás a la sensación de plenitud, de certeza, de sosiego y de paz interior.
Recuerda que no tienes el control sobre nada, que no puedes saber lo que ocurrirá mañana. Recuerda que solo tienes capacidad para decidir el tipo de actitud que adoptas ante cada experiencia de la vida. Recuerda que para abrirte a la posibilidad de una vida llena de milagros, primero tienes que aprender a fluir, tienes que creer sin ver. Tienes que tener fe. Una fe que mueva montañas.
Feliz presente,
Almudena Migueláñez.