Voy a hablarte de ti, de quien eres en realidad.
- Tú, sí, sí, tú, eres un punto de luz, capaz de iluminar tu propia oscuridad. Eres poderoso. Cada vez que te sumerges en las tinieblas que habitan en tu parte de atrás, te transformas, te haces más grande, disminuyes la carga y le muestras al mundo la importancia de dar luz, amor y consuelo al niño que habita dentro.
- Eres generoso, das. Y lo mejor, según yo, es que has aprendido que dar sin darse es andar descolgado, sabes que te faltaría una mitad, el Yin del Yang. Eres generoso contigo y con los demás.
- Capaz. Eres muy capaz. Con esto lo que quiero decirte es que dispones de todas las condiciones para lograr. Es posible que hayas creído lo contrario, pero la verdad es que eres muy capaz, y lo sé porque en ti hay responsabilidad, disposición, constancia, ganas y mucha habilidad.
- Eres un don, un talento o un millón, no sé, la cantidad da igual. Eres un regalo que puedes y deberías explotar, expandir y compartir.
- Eres sabio, pero no por lo que sabes ni por lo que piensas, no. Eres sabio porque te permites escuchar tu Verdad. Y eres sabio porque aceptas que no tienes el control, porque te fías de tu intuición y de lo que dice tu corazón. Eres la Verdad que existe dentro y que despierta cuando estás en silencio.
- Eres corazón. Eres amor, y más allá del componente naif y romántico de la palabra, lo que significa en realidad es que tu verdadera naturaleza no es el miedo, sino la libertad, la abundancia, la felicidad, la salud y la plenitud. El amor que te hace pertenecer y te conecta con la vida habita en tu interior.
- Eres un niño, me da igual tu edad. Un niño que sabe reír y jugar. Que maneja a la perfección el “pide y se te dará”. Eres un niño inocente, presente, y alegre. Es hora ya de darle espacio y de creerle.
- Eres una oportunidad, una grandísima posibilidad. Eres la mejor opción para ser todo aquello que necesitar ser.
- Eres vulnerabilidad. Por favor, no lo confundas con debilidad. Eres capaz de permitir lo que sientes, de no prohibirte, de pedir ayuda, de aceptar que a veces duele, que no sabes, que no puedes o que necesitas. Eso es la vulnerabilidad, el poder de ser tú, cuidando y nutriendo aquello que necesitas ser.
- Eres valioso, no por tus logros ni tus capacidades. No eres valioso por algo. Eres valioso y a continuación, punto final.
- Eres digno. Te corresponde todo. Siempre será así. Recordarlo te servirá para dejar espacio y permitirte recibir.
- Eres perdón. No creas que pretendo santificarte, no. Eres perdón porque siempre puedes mirarte y mirar con los ojos del amor y de la compasión. Porque tienes la intención de no retener, de soltar lo que pasó. Porque para ti es más importante ir hacia delante que quedarte en lo que fue.
- Eres todo aquello que puedas imaginar. Se te ha dado todo como potencialidad. Ten fe plena en ti y esa totalidad se manifestará.
Feliz presente,
Almudena Migueláñez.