Amigo mío,
Me has enseñado que la palabra amistad tiene mucho más poder, muchas más tonalidades y matices de los que yo jamás podría imaginar. Me has enseñado que amistad es sostener, es acompañar, es estar atento al otro, es tener disponibilidad. Es lealtad. Es hablar sin tapujos, es compartir experiencias, alegrías, llantos, miedos y risas. Es arriesgarse a decirle al otro la verdad aunque pueda doler, aunque sepamos que se pueda enfadar, incluso aunque decida romper la amistad. Me has enseñado a confiar, a saber que la distancia física nunca va a ser un obstáculo entre los dos. Me has enseñado a conectar la amistad con el amor, con el deseo de que siempre seas feliz, de que te atrevas a ver en ti todo lo que yo descubrí cuando te conocí.
Amigo mío, eres un pilar, mucho más que un apoyo. Eres el hombro donde puedo descansar, a quien le puedo contar lo que me mata por dentro, lo que me avergüenza y lo que me atormenta porque sé que nunca me vas a juzgar. Contigo, los silencios reconfortan y tus consejos, tus abrazos, tus deseos de hacerme reír, me hacen más grande, me transforman. En mi corazón siempre estará guardado todo lo que, durante estos años, hemos vivido juntos. Tú me aceptas tal y como soy, tengo mucha suerte de que me hayas elegido, porque al final, la amistad es eso, es una elección.
Gracias porque contigo puedo ser yo, porque me has ayudado a levantarme cada vez que me he caído. Gracias por tu fidelidad, por tu generosidad, por tu dedicación, por estar atento y por dejarme espacio. Gracias por no juzgarme, por regañarme, por decirme las cosas tal y como las piensas. Gracias por soportar mis rarezas, por no tenerle miedo a mis inseguridades. Gracias por saber lo que necesito sin preguntarme, por regalarme tus puntos de vista, por compartir conmigo lo que más te asusta. Gracias por todos los viajes, las juergas, las confidencias, las tardes eternas, las madrugadas sin querer volver a casa, gracias por las risas sin motivo y a carcajadas, gracias por estar y por ser mi amigo.
Si tú quieres, yo siempre estaré contigo, aunque nuestras vidas vayan por diferentes caminos. El vínculo permanece, en el corazón siempre estaremos unidos, siempre seremos amigos.
Feliz presente,
Almudena Migueláñez.