Evolución del alma

NO SON PRUEBAS

Eso que con la mente llamamos pruebas no son más que experiencias perfectas y necesarias que surgen de nuestro interior, y siempre como consecuencia de nuestra vibración. En realidad, la prueba como tal no existe. Lo que sucede es que, a través de nuestro ego, tendemos a ver y vivir la vida desde la separación, y eso nos hace creer que hay algo fuera, que está por ahí arriba y que nos pone pruebas delante para que así seamos capaces de crecer y de evolucionar.

Esta idea es peligrosa. A la larga, creer que existen pruebas hace que nos veamos como seres incompletos y que afrontemos la vida como una experiencia centrada en el aprendizaje. Así parece difícil que podamos conectar con nuestro verdadero poder y naturaleza, y con la consciencia de que somos seres completos, cuya misión no es otra que la de expandirse y amar.

Cada experiencia de vida contiene siempre la oportunidad de acercarme más a la plenitud, pero no debemos olvidar que no hay nada ni arriba ni fuera, por tanto, eso que con la mente veo como prueba solo es mi forma de expresar todo lo que soy en esta dimensión. Eso que llamo prueba solo es un resultado, una consecuencia, un espejo de algo que existe dentro de mí y que, debido a mi falta de conexión interna, saco fuera en forma de proyección, para tener la oportunidad de verme a través de ella.

Cuando dejamos de ver la vida desde la prueba y el aprendizaje, podemos de verdad descubrirnos. Cuando nos responsabilizamos y aceptamos que no hay un universo fuera que envíe nada, podremos entonces liberarnos de esa idea tan limitante de falta y de escasez. No hay pruebas. Ha experiencias que generamos desde dentro y que siempre, lo veamos o no, buscan la expresión de la luz que ya somos.

La idea de prueba como algo ajeno y conectada a esa frase tan común “esto es una prueba del Universo para que…” son maneras que tiene nuestro ego de invitarnos al miedo y a la separación. No reaccionemos. Lo que vemos fuera nunca nos es ajeno. Lo que vemos fuera, no son pruebas. Son manifestaciones de todo lo que somos, y oportunidades para hacernos conscientes de ese maravilloso camino de evolución que venimos haciendo como almas.

Feliz presente,

Almudena Migueláñez.

Photo by Florian Giorgio