Soy la última inspiración hasta septiembre. Por eso hoy, no quiero contarte nada, porque a veces, con tanto contar, con tanto bla bla bla, me puedo olvidar de lo importante, de lo que tú necesitas contarme, de que tú eres el protagonista de cualquier inspiración. Así que ahí va:
Gracias por permitirte ser tú, por tu cariño, tu apoyo y tu amistad. Porque, aunque ni siquiera nos hayamos visto, aunque estés en Argentina, en Venezuela, en Málaga, en Lisboa o en Aragón, me has leído, has compartido, me has dado tu opinión. Gracias de corazón.
Gracias por todas las veces que me has dado las gracias y que me has escrito para contarme lo que experimentas al recibir y leer una inspiración. Es muy gratificante que un pensamiento pueda servir, a veces, para inspirarte.
Gracias por compartir tu proceso conmigo, por permitirte ser vulnerable, por tu interés y por tu tesón. Gracias porque has asistido a mis talleres, has participado, te has implicado, has arriesgado. Gracias por lo valiente que eres. Creo que no eres consciente de todo lo que has logrado, mira hacia atrás y ya verás.
Gracias por lo que me enseñas, porque contigo aprendo a reírme más. Gracias por cada una de tus propuestas, por tu iniciativa y tus sugerencias.
Gracias por enfadarte, por cuestionarme y por cuestionarte. Por plantearme tus dudas, tus desacuerdos, tus enfrentamientos con el miedo, con el "maldito" karma, y también con tu ego.
Gracias por haber estado expectante e ilusiado con la publicación de Es lo que Tú quieras y me encanta.
Tus experiencias y procesos, de alguna forma, siempre resuenan con los míos, y eso quiere decir que, a través de ti, yo recuerdo. Gracias por eso y por todo lo demás.
Gracias por inspirarme para que, cada domingo, haya podido escribir.
Gracias por ser responsable de ti mismo y por no aceptar verdades que no vienen de dentro, que no son mensajes de tu propio maestro interno.
Voy a dejar que las inspiraciones descansen hasta septiembre.
Un abrazo y feliz verano,
Almudena Migueláñez