VIVIR LA VIDA

De alguna forma, alguna vez, todos nos hemos preguntado sobre nuestro propósito de vida. ¿Para qué estoy aquí? Todos, alguna vez, de alguna forma, hemos creído que detrás de la propia experiencia de la vida, existe, escondido y oculto a nuestros ojos, un propósito mayor, algo que contiene el potencial de hacernos más grandes, más elevados, más merecedores.

Nos hemos afanado en buscar esa razón superior, y en esa búsqueda nos hemos perdido, nos hemos salido de nuestro propio camino de vida. 

Esta semana, en una consulta de Registros Akáshicos, me pidieron que preguntara: "¿Cuál es mi propósito de vida?" La respuesta no solo fue para quien preguntó, sino para todos nosotros:

"Consideráis que tenéis algún propósito, algo distinto de lo que está siendo, pero eso, en realidad, solamente es ego. Es un engaño, es un medio para sacaros de la majestuosidad del momento presente. Los propósitos no son tales. Lo que llamáis propósito únicamente consiste en SER. En permitiros experimentar total y completamente la vida. Ese es el propósito de todos vosotros: VIVIR. Y ese es el propio drama de los seres humanos, que buscando un propósito no tienen tiempo de vivir la vida. La vida necesita ser vivida, ese es su/tú propósito. Experimentarla con todo lo que tiene, disfrutarla, bailarla, e incluso llorarla".

Ese es nuestro fin, nuestro gran propósito: vivir la vida, y sí, parece obvio, pero, ¿realmente vivimos con toda nuestra intención? ¿de verdad somos conscientes de que nuestro propósito aquí es vivir todo lo que la vida nos trae, entrar dentro y exprimirlo? ¿sabemos vivir pese al miedo que tenemos a la vida?

No hay un propósito que esté por llegar, no hay nada que te vaya a hacer más grande e iluminado. Tu propósito es vivir lo que estás viviendo ahora, en este preciso instante, porque ahí es donde está tu brillo, tu poder y tu finalidad. 

Feliz presente,

Almudena Migueláñez.

Photo by John Westrock

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