Ayer fue mi cumpleaños, ayer el Sol volvió al lugar exacto del Zodiaco en el que se encontraba cuando nací. Ayer fue mi Revolución Solar.
Con el Retorno del Sol, iniciamos un nuevo ciclo de vida, retornamos a nuestra Esencia y afirmamos nuestra identidad como individuos, activando al héroe/heroína que cada uno de nosotros llevamos dentro. Todos los años volvemos a nuestro origen y en nuestro cumpleaños nuestro Sol nos señala un nuevo camino a recorrer durante los próximos doce meses. Con nuestra Revolución Solar retornamos a nuestra potencialidad como seres individualizados, y el objetivo es el de ser capaces de hacerlo cada vez con más brillo e intensidad.
Es el proceso de ganar consciencia y de convertirnos en individuos autónomos, en los super héroes de nuestra propia historia personal, lo que debe motivar nuestro presente, nuestra vida.
Los seres humanos crecemos en consciencia y vibración gracias a los distintos ciclos evolutivos que nos permiten expresar todo nuestro potencial e individualidad y esto es así porque tenemos el propósito de convertirnos en lo que en Esencia cada uno de nosotros hemos venido a ser.
Debemos brillar siendo quienes somos, esto es lo que nos dice el Sol.
Después de mi Retorno, lo que me pregunto es si realmente aprovechamos todas nuestras experiencias para que sean ellas quienes nos lleven a ser quienes realmente somos.
Me pregunto si seremos capaces de soltar todo el miedo que nos impide ver el Sol. Miedo a brillar, a dar calor, al éxito, a no ser lo que nos dijeron que teníamos que ser, miedo a poner límites, a decir no, miedo a aceptarnos completamente.
Me pregunto si podemos reconocer dentro de nosotros aquello que nos hace brillar con luz propia, nuestros dones, ese regalo que nos hace únicos como individuos, eso que nos permite iluminar nuestra vida y la de los demás.
Me pregunto también si podemos soltar el querer ser o no ser, para simplemente ser lo que somos.
Me pregunto qué hará nuestro Sol, nuestro héroe interior con sus infinitos deseos de brillar mientras nosotros andamos perdidos en nuestra oscuridad.
Me pregunto cuántos retornos hasta reconocer nuestra individualidad.
Feliz presente
Almudena Migueláñez