A MI NIÑA INTERIOR
Mi querida niña,
Cuidándote y amándote descubro lo que soy, aprendo más de mi y lo hago a través de ti.
Cuidándote y amándote empiezo a ser capaz de respetarme.
Es teniéndote presente, casi como si te llevara de la mano, como poco a poco voy permitiéndome. Paso a paso dejándome ser.
Te abrazo y me devuelves ilusión y descanso.
Te miro y me das incondicional alegría.
Me sonríes despertando en mi la inocencia y el merecimiento que con los años transformé en culpa, a veces en castigo.
Me regalas esa capacidad casi olvidada para solo vivir en el presente, aquí y ahora, con todos los sentidos.
Por cuidarte me convierto en una persona más íntegra, más humana, más despierta.
Descubro que solo al amarte, soy capaz de amarme. Que respetando tus emociones, tu llanto y tus sonrisas, puedo respetarme. Que mirándote, he aprendido a mirarme.
Me despido con un gracias por reencontrarte, un suspiro que evite tener que anhelarte y un te quiero para regalarte.
Almudena Migueláñez