FORTALEZA
Tu fortaleza no se mide por tu capacidad para luchar, para enfrentarte a la vida y a sus procesos. Tu fortaleza es proporcional a tu capacidad de aceptación e integración de cada uno de esos procesos y experiencias por los que necesariamente deberás transitar.
Eres fuerte cuando no le tienes miedo al miedo. Cuando pese a él, continúas con valentía tu camino.
Eres fuerte cuando eres capaz de sostener todas tus emociones, de dejarlas ser, de abrazarlas y no negarlas.
Eres fuerte cuando puedes vivir en la vulnerabilidad, cuando no la ocultas detrás de un escudo de inestable fortaleza.
Eres fuerte cuando te permites caer.
Eres fuerte cuando el optimismo y no la falsa alegría es tu manera de ver la vida.
Eres fuerte, cada vez más fuerte cuando dejas de sobrevivir y enfrentarte, de sacar tus puños a la vida, de combatirla.
Eres fuerte al permitir tus equivocaciones y más fuerte aún al utilizarlas como tu gran herramienta de crecimiento.
Eres fuerte cuando te concedes equilibrio entre tu energía masculina y tu energía femenina, entre tu ser y tu hacer.
Eres fuerte, muy fuerte cuando caminas tu vida acompañándote de la mano, amándote, respetándote y cuidando de ti.
Observa las fortalezas que hay a tu alrededor y recuerda que son un reflejo de las que tú tienes dentro.
Almudena Migueláñez