Semana 3

Semana 3

BRILLA

 “ERES LO QUE ERES PORQUE CREES QUE LO ERES”

 

OBJETIVO DE LA SEMANA:

  • Revisar el tipo de creencias que sostienen tu vida.

 

DINÁMICA PARA LOS SIETE DÍAS DE LA SEMANA:

Cada día de la semana, preferiblemente por la mañana, al iniciar el día, dedica al menos 10 minutos a realizar el siguiente ejercicio:

1. Siéntate cómodamente, mantén tus pies en contacto con el suelo, espalda recta, manos apoyadas en tus piernas, cierra tus ojos y lleva tu atención a tu respiración. A continuación,  dirige tu consciencia a tu plexo solar (la zona que se encuentra debajo de tu pecho y encima de tu ombligo). Observa lo que sucede en esa zona de tu cuerpo. Imagina como comienza a abrirse un gran sol dorado en tu plexo, un sol que poco a poco va iluminando todo tu cuerpo. 

Preferiblemente por la noche, al finalizar tu día, realiza el siguiente ejercicio:

1. Repasa mentalmente tu día y pregúntate: ¿hubiera hecho lo mismo, me hubiera comportado de la misma forma en cada situación o momento si no tuviera miedo? ¿a qué tengo miedo? ¿qué me puede ocurrir si me permito hacer aquello que me asusta? 

 

PROPUESTA:

Cada día, proponte hacer algo que te de miedo, aunque sea una sola cosa, no importa. Aunque pienses que es poquito, solo esto provocará un cambio en tus creencias y expandirá un poco más el sol iluminado que ya eres.

 

SERIE DE ASANAS PARA TU TERCERA SEMANA:

Esta serie de posiciones de Yoga te ayudarán a profundizar en la energía de la semana.

1. Postura de la silla. Colócate de pie con los pies paralelos y separados al ancho de las caderas. Inhala y extiende los brazos por encima de la cabeza. Al exhalar, flexiona las piernas bajando los glúteos lo más posible como si buscaras un asiento en el que apoyarte. Mantén las rodillas separadas al ancho de tus talones e intenta que no vayan muy hacia adelante. Activa mucho el abdomen. Mantén unas respiraciones relajando el rostro y los hombros. Sostente desde el abdomen y con tu respiración. Para salir de la postura ponte de pie de nuevo.

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2. Postura de la silla con torsión. Vuelve a la postura de la silla, coloca mano izquierda en la cadera y alarga mucho el costado derecho; manteniéndolo bien extendido, pasa el brazo por fuera de la rodilla izquierda y haz palanca para girar el tronco hacia la izquierda. Mantén las rodillas separadas al ancho de tus talones y a la misma altura, presiona con la cadera derecha hacia atrás y hacia abajo. Haz unas respiraciones. Inhala, vuelve al centro. Extiende brazos y al exhalar gira hacia la derecha.


3. Postura de la barca. Siéntate. Eleva las piernas flexionadas, cogiéndote por detrás de los muslos. Activa el abdomen y mantén la espalda estirada y los hombros hacia atrás sin dejar que caiga el tronco, intenta mantenerlo elevado. Si quieres ir más profundo en la postura, prueba a estirar las piernas por completo (puedes mantener las manos detrás de los muslos o coger un cinturón para sujetar tus pies por detrás, a la altura de las almohadillas de los dedos de los pies). La postura completa consistiría en mantener las piernas elevadas sin el cinturón y extender los brazos paralelos al suelo. Estira bien las piernas, extiende bien tus brazos, mantén el abdomen activo y  los hombros y el cuello relajados.


4. Postura del medio puente. Túmbate boca arriba, apoyando los pies paralelos y separados al ancho de las caderas. Al inhalar, eleva la pelvis. Coloca los brazos por detrás de la espalda, con manos entrelazadas (o coge un cinturón para acercar lo más posible una mano hacia la otra). Abre bien el pecho y lleva el peso a los pies, los hombros y el punto de la cabeza que está en contacto con el suelo (nunca las cervicales). Estira bien los brazos, extiéndelos desde los hombros hacia las manos y presiona con ellos en el suelo. Activa ligeramente el abdomen y mantén tus rodillas al ancho de caderas y en línea con los talones, no dejes que se abran hacia los lados, presiona especialmente con la parte interna de los pies.


Torsión sentado. Siéntate con la pierna derecha estirada y la izquierda doblada, llevando el pie por fuera de la rodilla derecha. Apoya firmemente ese pie en el suelo. Inhala, extendiendo los costados y creando espacio en la columna y al exhalar, gira el tronco hacia la izquierda manteniendo el tronco vertical. Para ello, coloca la mano izquierda por detrás de la cadera izquierda y el brazo derecho puede pasar por fuera de la rodilla izquierda y colocarse como se muestra en la fotografía, a modo de palanca, presionando contra la pierna izquierda. Si esto es demasiado intenso, simplemente agarra la rodilla con la mano derecha. Cambia de lado.


6. Postura restaurativa con piernas en la pared. Túmbate boca arriba, con los glúteos cerca del rodapié y las piernas extendidas en la pared. Coloca los brazos extendidos a los lados con las palmas de las manos giradas hacia arriba. Suelta el peso del cuerpo hacia la tierra, relaja ingles y piernas. Si te resulta cansado mantener las piernas extendidas, puedes alternar la posición de las mismas de vez en cuando, juntando plantas de los pies y abriendo las rodillas hacia los lados.

 

 

Al finalizar la semana, brillarás un poco más.

BRILLA