Trascender la muerte

EFÍMERO

Si fuéramos más conscientes de lo efímero de la vida, quizá la viviríamos de manera diferente. Si fuéramos más conscientes de la muerte, seguro que aprovecharíamos mejor nuestras vidas.

Nos importaría menos el dolor y la pena. Nos importaría menos equivocarnos, lo que nos fuera a ocurrir mañana o lo que los demás opinaran de nosotros. Dejaríamos de estar enfadados o frustrados porque, probablemente, comenzaríamos a hacer todo eso que tanto deseamos y que siempre dejamos para otro momento. Si comenzásemos a vivir recordando que vamos a morir, ya no tendríamos más deudas con nosotros, nos arriesgaríamos más, disfrutaríamos más, bailaríamos más, sufriríamos menos, dejaríamos de creernos el miedo, diríamos más “te quiero”. Daríamos más valor a los momentos, a las cosas pequeñas, a los vínculos, a los besos. Tendríamos menos planes a largo plazo y mucho más espacio para vivir el ahora. Dejaríamos de escondernos detrás de la vergüenza, seríamos más espontáneos, apostaríamos por nosotros, por trabajar en lo que nos gusta, por enamorarnos de nuevo.

Perdonaríamos más, porque cuando sabes que la muerte forma parte de la vida, no tienes tiempo para quedarte anclado en el pasado ni para el resentimiento ni el rencor. No tienes tiempo para desperdiciarlo en lo que fue o en lo que debería de haber sido.

Estemos en paz con la muerte para que así podamos vivir plenamente la vida.

Siente, ríe, salta, ama, no pienses y sé valiente. Haz lo que sea necesario para que cuando llegue el momento de irte, lo hagas lleno de plenitud y de alegría por todo lo que viviste.

Feliz presente,

Almudena Migueláñez.

Photo by Sasha Freemind