Una mente milagrosa es una mente recta que no reconoce el miedo, que solo cree en la Verdad, que únicamente es capaz de ver amor y oportunidad. Una mente milagrosa sirve, no intenta dominar, nunca se resiste. Es el medio para que tu vida cobre verdadero sentido y para que descubras la infinita capacidad que tienes para crear. Una mente milagrosa es una mente compasiva, que no ve guerra ni conflicto, que no busca ganar, sino estar en paz. Es una mente completamente disponible para creer en lo bueno. No juzga, no critica y no se preocupa. Es la mente que nunca tiene miedo.
Una mente milagrosa es el vehículo perfecto para llenar nuestra vida de milagros, a través de ella podemos verlos y experimentarlos. Una mente milagrosa es serena, no boicotea, no bloquea emociones y no prohibe sentimientos. Una mente milagrosa es el medio para poder crear de forma consciente. Es la herramienta que nos ha regalado el Universo. Es la vía para que seamos capaces de dar forma a nuestros sueños.
A una mente milagrosa no le asusta lo desconocido, no es controladora. Es clara, firme y bondadosa. Es una mente que permite, que es receptiva y optimista. La mente milagrosa no solo obra milagros sino que también sabe recibirlos. Es una mente que cree en el poder ilimitado de un gracias y que ve en el perdón el medio para liberarnos. Es una mente que confía y que no se queja, que es amable y cariñosa. La mente milagrosa no piensa como piensa el ego. La mente milagrosa sabe y siente. Mira hacia arriba y hacia dentro.
Una mente milagrosa no piensa porque al cesar los pensamientos, desaparecen las resistencias y es entonces cuando podemos ver milagros. Es en la ausencia de pensamiento donde todo es posible, donde crear es un maravilloso juego y un regalo.
La mente milagrosa no se construye, no se trabaja y tampoco se logra. La mente milagrosa surge en nosotros cuando asumimos el firme compromiso de no volver a creer en el miedo, de no engancharnos a pensamientos que duelen y que son falsos. La mente milagrosa se manifiesta cuando estamos preparados, cuando volvemos a ser niños, cuando cambiamos obsesión por confianza, cuando el ahora sustituye al ayer y al mañana, cuando los sentimientos ya no asustan y cuando permitimos que lo Divino y lo oculto tengan importancia.
Deseo que tu vida esté llena de milagros, que tu corazón esté abierto para recibirlos y que nunca olvides que los mereces y que siempre los has merecido.
Feliz presente y feliz semana.
Almudena Migueláñez.