¿Puedes imaginar lo que ocurrirá cuando, en vez de prestar atención a lo que no quieres, lleves tu energía a lo que sí? ¿O cuando te trates con respeto y con cariño, y te permitas equivocarte sin juzgarte por ello? ¿O cuando en vez de someterte a tus carencias, las abraces y las sanes?
¿Puedes imaginar lo que ocurrirá cuando te des las gracias y te perdones? ¿Cuando dejes de fijarte en la escasez, la enfermedad o la falta y te centres en la prosperidad, la salud o la abundancia? ¿Te imaginas lo que pasará cuando decidas no seguir esperando a que las cosas cambien y empieces a hacer cambios tú? ¿Te imaginas?
¿Y lo que sucederá el día que te atrevas a cuestionar tu mente, a dar espacio en tu vida a lo que no se ve, a lo que no tiene demostración científica, a aquello sobre lo que solo puedes tener fe?
Imagina lo que sentirás cuando dejes de cargar con responsabilidades que no son las tuyas, cuando te atrevas a ser tú mismo y sueltes todo eso a lo que estás enganchado y que tanto te limita. Imagina en la persona en la que te convertirás cuando lo hagas diferente, cuando enfrentes tu miedo y le digas: “ya no me asustas”. Imagina la energía que desprenderás si dejas de luchar contra ti mismo, si haces las paces con tus necesidades y si das espacio a tu femenino, a tu vulnerabilidad y a tus sentimientos. Imagina en lo que convertirás tu vida si decides escucharte y apostar por ti. Imagina.
Imagina las sensaciones que tendrás y lo que podrás manifestar cuando elijas creer que eres capaz, completo e ilimitado. Imagina todo lo que recibirás el día que aceptes que siempre has sido y serás sostenido, amado y cuidado.
Imagina cómo va a ser tu vida cuando decidas no esperar a mañana para vivirla.
Feliz presente,
Almudena Migueláñez.