El pasado 28 de octubre, a las 04.38 hrs. (hora española) tuvimos una Luna Nueva en el signo de Escorpio. Las lunas nuevas simbolizan el inicio de un ciclo emocional de seis meses, y ocurren cuando La Luna (símbolo de nuestro inconsciente) y el Sol (símbolo de nuestro consciente) se unen, comenzando así un nuevo ciclo en el que tendremos la oportunidad de trabajar con la energía propia de Escorpio. Esta luna nos alimenta con una profunda intensidad emocional.
Escorpio simboliza el proceso de transformación, de muerte y renacimiento que existe en cualquier aspecto de nuestra vida. Escorpio representa la intensidad de nuestras emociones, nuestra intuición y nuestro inconsciente. Escorpio es nuestro poder para transmutar y alquimizar nuestras sombras, para acceder a los aspectos más ocultos y prohibidos de nosotros mismos y transformarlos en luz. Escorpio es intenso y poderoso, también puede ser defensivo y dañino, depende siempre del nivel de consciencia. Escorpio nos habla de crisis y de la potencialidad creativa que se esconde detrás de ella.
La pasada semana, el Sol entró en el signo de Escorpio por donde transitará hasta el 22 de noviembre. Nos adentramos así en, quizá, el mes más intenso y transformador del año. Además del Sol, y de ese encuentro con la Luna, dando lugar a la Luna Nueva, el Planeta Mercurio- en sombra pre retrógrada- y Venus están transitando también por Escorpio. A esto, debemos añadir la oposición del Sol a Urano en Tauro y, la cuadratura de Marte en Libra con Saturno en Capricornio muy cerquita del poderoso Plutón y del Nodo Sur.
Traducido y bajado a la Tierra, lo que esto significa es que nos encontramos ante una etapa de profundos cambios, cambios globales, y grandes transformaciones que conllevan la destrucción y caída de viejas y caducas estructuras de poder. Lo estamos percibiendo a nivel global pero que también, indudablemente, tiene una repercursión a nivel individual. El cambio es necesario, dentro y fuera.
Aprender a lidiar con todos los asuntos que son recurrentes en nuestra vida y que nos cuesta trabajo soltar será un tema importante a trabajar en estos días. No resistirnos más al cambio y trabajar con las inseguridades y miedos que nos impiden abrirnos a él será otro de los grandes asuntos a analizar en este período. Existe un área de nuestra vida que necesita una profunda transformación y ese cambio implica que nos asumamos y que nos permitamos ser quienes somos. La vida nos está mostrando lo que es inevitable, aquello que tiene que cambiar, y que debe hacerlo radicalmente, depende de nosotros el que ese cambio sea fluido y sin resistencias, basado en la confianza y en el desapego, o que, por el contrario, se convierta en una defensa con uñas y dientes que nos enganche al miedo y la desconfianza.
Debemos desapegarnos del pasado, de lo cómodo, de la inercia, debemos dejar de resistirnos a entrar en nuestra turbulencia interna y transformarla.
Mercurio comienza su retrogradación el día 31 de octubre (hasta el 20 de noviembre) y nos da la oportunidad de revisar y de replantearnos la manera en la que afrontamos los cambios y las crisis.
Feliz Luna Nueva,
Almudena Migueláñez.