Eres tú y solo tú lo que te separa de ti. El Universo siempre ha estado ahí.
Nunca renuncies a ti mismo, porque si lo haces tu vida perderá el sentido.
No des nada por sentado. Los milagros existen, pero para verlos necesitas tener espacio.
Cultiva la confianza. La fe es lo único que te puede regalar seguridad y certezas.
Conviértete en un ser optimista y verás el giro que da tu vida.
Mira adentro. Es mucho más poderoso y sanador que hacerlo hacia fuera.
Suelta lo que piensas. Aunque no lo creas, tus pensamientos te limitan y encarcelan.
Date placer, pasión y gozo. Son el camino para alcanzar una vida plena.
Selecciona lo que escuchas. Que tu atención y tus oídos estén puestos en tu corazón, no en tu mente ni en tus discursos. Son falsos, sesgados y llenos de juicio.
Ten paciencia contigo, date mimos. Todo llega, tu trabajo tiene recompensa, pero siempre a su tiempo debido.
Aprende a relacionarte sin necesitar. No hay nada más valioso que compartir desde la libertad.
Olvida ya que estás aquí para pasar pruebas y aprender. Estás aquí para recordar quien eres, explotar tus talentos y ser feliz. De verdad, para eso estás aquí.
Revisa tus miedos. Si no ves manifestados tus más íntimos deseos, solo es por el miedo que has asociado a ellos.
Sé generoso, contigo y con los demás. La generosidad es una sagrada virtud que te transformará.
Pídete perdón por no haberte permitido ser feliz y recuerda, que eres tú y solo tú lo que te separa de ti.
Feliz presente,
Almudena Migueláñez.