CON FE, CONFÍA
Alcanzar la perfección espiritual es lo que tu alma se trae entre manos. Es la razón última por la que tú y yo estamos aquí.
Nuestro sistema energético, a través de las enseñanzas de los siete chakras principales, nos invita constantemente a realizar un camino de consciencia que, progresivamente, nos conduzca a un mayor entendimiento de nosotros mismos, a una mayor comprensión de la naturaleza de la Energía que nos sostiene y a una mejor y más limpia relación con el Universo-Dios del que formamos parte.
Hacerme adulta espiritual implica, necesariamente, profundizar y sanar la forma que tengo de relacionarme con el Universo. Surge entonces dentro de mi una insistente invitación, que proviene de mi quinto chakra, a confiar en algo Superior, a elevar mi vibración y a entregarle y entregarme. Surge, inevitablemente, el preguntarme por el tipo de fe que tengo en ese Dios, Universo del que tanto hablo.
La fe no es una elección, la fe es una de las características que definen a nuestro Ser Superior, intrínseca a su propia naturaleza y que solo se nos muestra y que solo brilla en nosotros si somos personalidades capaces de sostener una vida sin limitadas creencias y sin miedos enfermizos a soltar el control, a no saber, a merecer o a no ver con los ojos físicos. Despertar la fe es el camino natural de nuestra evolución y los pasos que debemos dar son aquellos que nos saquen de las terribles creencias de un Universo separado de nosotros, incapaz de abastecernos, justiciero y personal, para encontrar, mucho más allá de religiones y pensamientos, el espacio de certezas, de Verdad y confianza plena que existe en cada uno de nosotros y que, irremediablemente, nos abrirá las puertas a una vida plena y extremadamente feliz.
Me hago esta reflexión, preguntándome si realmente soy consciente de que formo parte de algo mucho mayor que lo que ven mis ojos. Preguntándome si soy capaz de entregarme sin resistencias. Preguntándome si siento que me merezco recibir todo lo bueno. Preguntándome si estoy preparada para vivir sin quejarme, sin miedo, sin sufrimiento. Preguntándome si permito que el Universo me muestre todo lo que tiene para mi. Preguntándome si aún no me he dado cuenta de que tener fe en la gran Energía Divina es tener fe en mi.
La vibración de un confía nos permite una nueva forma de vida, por eso te invito a una profunda inspiración con la palabra fe, a que observes lo que se mueve dentro de ti y a que reflexiones sobre el tipo de relación que sostienes con el Universo y sobre cómo te sentirías si le entregaras eso que ahora mismo te atormenta.
Feliz presente.
Almudena Migueláñez