EL PLACER DE NO SABER
Un verdadero placer cuando abandono la necesidad de saber. Un espléndido renacer cuando me permito decir "no sé". Una liberación cuando al futuro lo dejo de ver.
Hablamos de cómo la ilusión del pasado aniquila el ahora y quizá deberíamos hablar también de la manera en que nuestra ansiedad por el futuro da muerte a nuestro presente.
Es el ego el que nos invita a cada instante a pensar en mañana, a proyectar con deseo lo que queremos, lo que anhelamos, a buscar certezas y realizar acciones que siempre llevan como asunto un "para", a preocuparnos por horribles desastres del mañana.
Vivimos el ahora como un medio para alcanzar un futuro o como un enjambre de "y si mañana" y he decidido que hoy me libero de esa carga:
No sé qué ocurrirá mañana.
No sé si viviré mañana.
No sé si mis esfuerzos y mis preguntas de hoy tendrán respuestas mañana.
No sé si lo que ahora es mi verdad también lo será mañana.
No sé si lo que hago será útil para mañana.
No sé si lo que mi ego desea apasionadamente será lo que venga mañana porque tampoco sé si es eso lo que debe ser para mi alma.
No sé! y ¿sabes qué? no quiero saber.
No quiero saber sobre el mañana, no quiero dar más energía a lo que todavía no es y no quiero vivir mi hoy como un para.
Cuando nos permitimos poner el interrogante al futuro y aceptamos que sea la vida la que nos vaya mostrando el camino, recuperamos la plenitud del presente, vivimos este instante con toda nuestra energía, nos conectamos con el placer de no saber lo que será, con la alegría de vivir sin un para, entramos en un estado de calma plena, de dicha constante porque por fin descubrimos el lugar donde ocurre la VIDA, porque por fin, como decía Gandhi, podemos vivir como si fuésemos a morir mañana.
Feliz presente.
Almudena Migueláñez