SÉ HUMILDE, ponte a un lado, deja ir tus pensamientos atemorizantes, y permite que lo Divino tome el mando y se encargue. La humildad te convierte en invulnerable y te permite descubrir todo lo que tu Padre Divino tiene para darte. Ser humilde es aceptar que tú no sabes. Es entregarte por completo, diciéndole a la vida, a Dios o al Universo: Tú te encargas. Tú sabes.
NO HAGAS NADA, no insistas, no intentes. Es momento de regresar a casa, a tu casa interna. Es momento de atenderte y de cuidarte, de escuchar tus necesidades, de mirarte y de mimarte. De ser mamá contigo, de nutrirte y de abrazarte. Si cuidas de ti, también lo estás haciendo conmigo.
MIRA EL PRESENTE, lo que existe ahora. El futuro no ha llegado, es un invento. Debemos darnos cuenta. La experiencia que estamos viviendo nos pide consciencia. Solo un presente, así, consciente, vivido con gratitud y serenidad puede crear un futuro lleno de amor y de prosperidad. Quizá, lo que estamos viviendo nos está regalando la oportunidad de hacer un gran cambio como sociedad.
REVISA TUS PRIORIDADES. Demos valor a lo que perdura, a lo que siempre permanece, a los vínculos, a lo que el corazón dicta. A la salud y a la familia. A la solidaridad y a la amabilidad hacia el otro. A la unidad, a la consciencia de que somos una sola humanidad entrelazada a través del corazón, hasta ahora separada por la razón.
PERMITE que el UNIVERSO TE CUIDE. Dejemos que nos abrace, que se manifieste en nosotros a través de su poder y de su perfección. Es posible que con tanto foco en la producción, en lo material, en lo efímero, en tener razón, en la separación, nos hayamos olvidado de que es ese Universo en el que casi nunca pensamos, el que hace que el Sol salga, el que nos da aire para respirar, el que obra milagros. Quizá, es hora ya de devolver el poder a quien lo tiene que tener.
TEN PACIENCIA, es decir, paz interna. Dirijamos nuestra mente, mantengámosla pura, sosegada, y presente. Meditemos para que los pensamientos enfermos se transformen. Para que dejen de ser miedo y se conviertan, nos conviertan en un: "Yo soy la salud perfecta".
DA LAS GRACIAS, por esto y por todo. El agradecimiento nos da la posibilidad de encontrarnos con la oportunidad que se esconde detrás de cualquier circunstancia o proceso. El agradecimiento eleva nuestra vibración y nos libera del miedo. El agradecimiento nos impulsa y atrae hacia nosotros más motivos para ser agradecidos.
CAMBIA. Hagámoslo radicalmente, abandonemos las resistencias y comencemos a hacerlo distinto. Decidamos construir una nueva versión de nosotros mismos, inspirada, consciente, amable y solidaria. Cambiemos para que lo de fuera cambie.
BAILA, o pinta, o canta, o ríete a carcajadas. Haz lo que te despierte por dentro, mantén activo a tu niño interno. Es muy importante que no perdamos la inocencia, la sorpresa y el juego.
ORA, por todos aquellos que se están dejando la piel por servirnos y por cuidarnos. Por todos aquellos que han dicho adiós a esta experiencia. Por sus familiares, para que no sean arrastrados por la desolación y mantengan la serenidad y la esperanza.
Feliz presente,
Almudena Migueláñez.