"Hay heridas que en vez de abrirnos la piel, nos abren los ojos".
Pablo Neruda
Estás herido. Sientes dolor, hay cicatrices en tu corazón.
Es incisivo, es un dolor que te encoje, que derrama lágrimas en tu interior. Estás herido porque estás vivo, porque sientes, porque eres vulnerable. La propia experiencia de estar aquí, de compartir, de vivir genera dolor.
A lo mejor ahora no, pero ese dolor que tanto te duele se apaciguará, se serenará, comenzará a perder fuerza en el momento en el que no te enfrentes a él.
Tu herida se hará casi invisible, ni siquiera podrás palpar la cicatriz al permitirte la experiencia de sentir dolor. Cuando dejes que se exprese, cuando le preguntes y le hables, cuando lo saques. En ese momento el dolor de paso al aprendizaje, la herida se convierte en un proceso doloroso.
Feliz presente.
Almudena Migueláñez