QUERIDOS REYES MAGOS

Este año he tenido que hacer un montón de cosas con papá y mamá, he tenido que ir al hospital a ponerme inyecciones y no me ha dado tiempo a pensar en los juguetes que quiero, pero no importa porque yo sé que vosotros sabéis lo que más me gusta y lo que necesito.

Mis amigas prefieren a Papá Noel pero yo ya les he dicho que él no tiene los poderes que tenéis vosotros y tampoco tiene roscón ni camellos ni cabalgata. 

Desde muy pequeñita habéis venido a casa a traerme un montón de regalos, a veces incluso mejores que los que yo os he pedido y creo que es porque siempre os he dejado en mi zapato un pastel de chocolate y agua para vuestros camellos, aunque un año me olvidé y fue cuando más juguetes me trajisteis. Mi padre dice que es porque nos queréis mucho a todos y no necesitáis que os demos nada a cambio.

Yo sé que hacéis magia o eso que los mayores llaman "milagros", que siempre nos regaláis lo que pedimos y que no solo trabajáis el día 6 de enero porque vuestros pajes leen nuestras peticiones durante todo el año.

Mi mamá dice que sois los creadores del "pide y se te dará", yo no sé que es eso pero no me importa. Lo que a mi me parece, queridos Reyes, es que los adultos están un poco despistados, no saben que para que podáis darles todo lo que piden tienen que creer en vosotros, bueno y en ellos mismos también, claro. Además, no dejan de quejarse, tienen mucho miedo y están más tiempo tristes que alegres. Todo el rato piensan en cosas que no han ocurrido y dudan de vosotros y eso no me gusta. Yo creo que si jugaran un poco más y no se tomaran todo tan en serio, podrían recibir muchos más regalos. 
Si voy a ser así no quiero hacerme mayor y si tengo que hacerme mayor entonces os pido que por favor hagáis magia para que sea una adulta inocente y feliz.  

Como sois Reyes que hacéis milagros, este año os pido que  traigáis a los mayores mucho amor pero del de verdad, mucha alegría, mucha paz y que de alguna forma les ayudéis a que vuelvan a ser niños, a llevarse bien entre ellos y a confiar en que se merecen todo lo bueno. Ah! una cosa más, Reyes Magos, ¿podríais enseñarles a no tener miedo a ser ellos mismos?

Muchas gracias. Este año prometo irme a dormir pronto.

Almudena Migueláñez