DECÁLOGO PARA UNA BUENA VIDA
– No te juzgues y no le juzgues. No sé si lo sabes pero eres inocente, así es como te ve el Universo y así es cómo debes aprender a mirarte. Perdónate y entonces ni siquiera necesitarás perdonarle.
– Desapégate y hazlo cuanto antes. Libérate de la carga de la necesidad, de la dependencia y de la escasez. No necesitas nada, todo está dentro de ti, eres un ser completo.
– Da las gracias en vez de quejarte. Conecta con la gratitud y sentirás felicidad, abundancia y una gran plenitud.
– Respétate, cuida de ti y atiende tus necesidades. Lo siento pero nadie podrá hacerlo por ti.
– Trabaja con lo que piensas y con lo que dices. Construir pensamientos y palabras positivas depende de ti, es una elección. Nunca olvides que eres lo que piensas, es un principio universal.
– Pon toda tu atención en el momento presente, no dejes que tu mente construya futuros de preocupación o te enganche a pasados ya muertos.
– Aprende a respirar. Sí, respirar. Una buena vida es consecuencia de una buena respiración.
– Aprende a meditar y no lo hagas con ninguna intención. Solo medita, solo déjate ser a través del silencio, de tu inhalación y de tu exhalación.
– No reprimas emociones, no escapes de ellas, no te ocultes. Tu evolución y crecimiento personal dependen en gran medida de tu capacidad para sostener todas y cada una de tus emociones, sin velo, sin juicio.
– Ten calma, permite que las cosas sean cuando tienen que ser. La paciencia es un indicador de tu gran sabiduría. Todo sucede en el momento y de la forma perfecta aunque a veces no puedas comprenderlo.
Almudena Migueláñez