APRENDIENDO
He aprendido que el miedo solo es una parte de mi, pero no soy yo.
He aprendido que cuando me perdono estoy haciéndome fuerte, estoy creciendo por dentro.
He aprendido que mis juicios a otros son solo una huida porque no quiero ver lo mal que me trato.
He aprendido que cuando estoy presente, respirando el ahora, todo tiene sentido.
He aprendido que sentir es mucho, mucho más sabio que pensar.
He aprendido que hay una fuerza superior, una energía infinita de Amor que pase lo que pase siempre me sostiene.
He aprendido que cualquier cosa que quiera transformar, antes la he tenido que aceptar.
He aprendido que siempre va a haber algo que no voy a poder saber.
He aprendido que cuando presto atención a mis pensamientos de miedo, los convierto en realidad.
He aprendido que dejar de luchar es lo más inteligente que puedo hacer.
He aprendido que cuando sobreprotejo al otro, le anulo y me anulo.
He aprendido que cuando presto atención a mis pensamientos de amor, los convierto en realidad.
He aprendido que una enfermedad no es más que otro medio para continuar mi camino de crecimiento y evolución consciente.
He aprendido que el otro, ese que me revuelve por dentro, es un espejo de mi misma.
He aprendido que ser quien realmente soy es lo único que puedo hacer.
He aprendido que cuando hago aquello que más me asusta, me libero de la trampa del ego.
He aprendido que cuando hago aquello que más me gusta, me transformo.
He aprendido que cuando abro los ojos no veo la realidad, cuando los cierro sí.
He aprendido que en el silencio es donde más verdad encuentro.
He aprendido que Dios me quiere y he aprendido que soy yo la que todavía no me quiero como Él me quiere.
He aprendido que ser mujer es una bendición.
He aprendido a dejar de intentar ser buena para ser completa y entonces es cuando más buena he sido.
He aprendido a respetar los ciclos y a ver la vida como procesos.
He aprendido que la casualidad no existe en ningún grado y que todo lo que hago, pienso y digo ahora son las líneas de mi próximo futuro.
He aprendido que tú y yo somos Uno y que lo que a ti te hago es lo que en realidad a mi me regalo.
He aprendido que el merecimiento es un acto de humildad. Rechazarlo, un acto de soberbia.
He aprendido que entregar es dejarme ayudar por quien realmente sabe lo que es mejor para mi.
He aprendido a cambiar rigidez por flexibilidad.
He aprendido que el dar no es sin el recibir y que el esperar lo convierte en condicional.
He aprendido que nada es bueno ni malo, que todo puede ser.
He aprendido a decidir cómo quiero vivir y he aprendido a asumir las consecuencias de lo que decido.
He aprendido a tratarme con cariño cuando no soy mi mejor versión y he aprendido que mi versión me facilita el camino para mi sanación.
He aprendido a reconocer mi vocación.
He aprendido que vivir solo depende de mi.
Y tú, ¿qué has aprendido?
Feliz presente.
Almudena Migueláñez