perdón

PORQUE ME AMO

Porque me amo, cuido de mí, y porque me amo, me permito ser quien soy. Porque me amo, me acepto y me apruebo. Porque me amo, me sonrío y también me abrazo.

Porque me amo, escucho y atiendo mis necesidades. Porque me amo, he dejado de juzgarme y de culparme, y cuando, todavía me reconozco haciéndolo, con cariño y mucha calma, rectifico y me pido perdón. Así, puedo continuar caminando.

Porque me amo, me motivo, me doy aliento y me responsabilizo. Porque me amo, confío, me siento bien, y te sonrío. Porque me amo, puedo soltar el control y desprenderme. Porque me amo, me relajo, me doy placer y descanso.

Porque me amo, no me permito pensamientos que me hagan daño. Porque me amo, cada vez elijo mejor lo que creo y lo que hago. Porque me amo, permito y sostengo todo lo que siento. Porque me amo, me deseo una vida exenta de sufrimiento. Porque me amo, utilizo mi mente para sentirme bien. Porque me amo, acepto mi oscuridad y la veo como un poderoso recurso para mi transformación y para mi completa sanación. Porque me amo, sostengo mi vulnerabilidad y reconozco todas mis vergüenzas.

Porque me amo, regulo mi energía y pongo límites. Porque me amo, sé que decir “no”, a veces, es muy necesario. Porque me amo, no lucho. Porque me amo, acepto. Porque me amo, sé que me merezco todo lo bueno. Porque me amo, estoy cada vez más disponible para recibirlo. Porque me amo, me declaro inocente. Porque me amo, sé que el Universo siempre me cuida y me quiere.

Porque me amo, soy paciente y amable conmigo. Porque me amo, me trato con afecto y respeto. Porque me amo, no quiero darme lo que nunca daría. Porque me amo, disfruto de mi compañía. Porque me amo, no creo lo que me dice mi ego. Porque me amo, no sé qué significa sentirme sola. Porque me amo, no me deleito con pensamientos de miedo. Porque me amo, cada vez que aparecen, los entrego. Porque me amo, no me dejo para luego. Porque me amo, me siento libre. Porque me amo, no me reprimo, ni me escondo ni me tapo.

Porque me amo, intento no autoengañarme y no ponerme excusas. Porque me amo, estoy abierta al cambio, a lo nuevo, a soltar el pasado y a liberarme de mis resistencias. Porque me amo, me siento segura, y eso me da espacio para desprenderme de mi rigidez, para flexibilizar mi mente y para aceptar ayuda. Porque me amo, lo que sea que esté pasando dentro, no me lo guardo. Porque me amo, sé que abrirme a compartir es muy necesario. Porque me amo, doy gracias a diario.

Feliz presente,

Almudena Migueláñez.

Photo by Karl Magnuson

Photo by Karl Magnuson

PERDÓN POR EL PASADO

PERDÓN POR EL PASADO

El pasado existe en un lugar, en tu mente. A través de tu pensamiento lo traes a tu ahora y le das atención. Conviertes lo que ya fue en tu presente y de esa manera te niegas la vida, das un portazo a tu capacidad para crear, manifestar y vivir la abundancia natural que solo es en el momento presente, no puedes ser porque te consume lo que fue.

Escuchamos constamente que el ahora es lo único que somos y lo único que tenemos y que sólo si conseguimos ser en presencia podremos vibrar en la energía de nuestra Esencia.

Es una Verdad Universal que quien vive en el pasado es la mente del ego y que solo la Mente Superior, la del Alma conoce el presente, pero sin embargo, lograr el ahora sin habernos perdonado por el pasado se convierte en un reto difícilmente alcanzable.

He visto en ti y también en mi como, pese a nuestra intención por estar presentes, seguimos masticando los recuerdos del pasado y lo hacemos, por lo menos yo lo he hecho, porque todavía buscamos respuestas, porque todavía hoy nos sentimos culpables de lo que ocurrió, porque aún ahora pensamos que podríamos haberlo hecho mejor, porque sentimos rencor, porque vemos culpables, porque la herida sigue abierta en nuestro interior.

Ahora sé que sanar el pasado no es ahondar en él, no es intentar aclararlo, no es ni siquiera entenderlo. Sanar el pasado es perdonar el pasado. Sanar el pasado es comprometerte con el presente habiendo iluminado la oscuridad de lo que ya pasó. Sanar el pasado es mirarlo con los ojos del amor. Sanar el pasado es decidir que todo lo que ocurrió fue perfecto. Sanar el pasado es dejarlo ir.

Cuando manejamos el pasado desde el ego, nos mantenemos en el pasado.

Cuando manejamos el pasado desde el amor, deja de haber pasado y nos reconciliamos con el presente.


Feliz presente.
Almudena Migueláñez